Acámbaro.- A mediados del mes de julio de 2019, en el kilómetro 3.5 de la carretera federal Acámbaro–Chupícuaro, fue colocado un enorme monumento en honor a la Diosa de la Fertilidad, representativa de cultura ancestral de Chupícuaro.
La realización de esta escultura fue posible por la participación del Gobierno del Estado, el Ayuntamiento de Acámbaro, los migrantes y los pobladores de esta comunidad conocida como el Nuevo Chupícuaro. La inversión fue 4.5 millones de pesos, donde se incluyen los costos de una ciclovía, iluminación, colocación de carpeta de concreto asfáltico, guarniciones, pórfido, pasto y señalamientos.
La Diosa de la Fertilidad es obra del escultor Daniel Rico Regalado, originario de Jerécuaro, de donde se trajo la escultura que mide 6 metros de alto y 4 de ancho, con un peso de 5 toneladas y está hecha de placas de acero.
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La figura de la Diosa de la Fertilidad representa a una mujer en estado de embarazo. Su combinación de colores, en rojo y crema, sus detalles geométricos y su armónica realización han captado la atención de arqueólogos de todo el mundo, aunque las piezas encontradas en la zona adel Nuevo Chupícuaro han sido víctimas del mercado negro.
Otras de sus características de originalidad es que tienen muy poco o casi nulo énfasis en el pecho y las manos descansan sobre el vientre.
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Las piezas saqueadas se subastan en París y se exhiben con éxito en los museos más famosos del mundo y en esencia representan la cultura olmeca y el desarrollo de Mesoamérica.
Trabajos de rescate en la zona
De acuerdo con el historiador Diego Hilario Mondragón Briones, entre 1946 y 1949, la construcción de la Presa Solís provocó la inundación de buena parte del valle y cubrió numerosos pueblos, las mejores tierras de cultivo y la mayor parte del patrimonio arqueológico.
Anteriormente, el doctor Daniel Rubín de la Borbolla junto con Román Piña Chan, Elsa Estrada Balmori y Muriel Noé Porter, habían llevado a cabo importantes trabajos de rescate de esta zona.
Fue Muriel Noé Porter quien se hizo cargo de publicar los resultados de las excavaciones (En 1956, y luego en 1969), en los que se describían las numerosas sepulturas y el material arqueológico asociado, entre las que se encontraba “La Diosa de la Fertilidad”, y quien vinculó la cultura de Chupícuaro con el Preclásico Tardío. A partir de ese momento, Chupícuaro fue considerada como una cultura emblemática del Preclásico Mesoamericano.
Las figuras huecas en la cerámica de Chupícuaro encontradas en el área miden originalmente alrededor de 30 o hasta 60 centímetros.
Se perdió 2 veces la escultura original
La imagen original corresponde a la "Diosa de la Fertilidad" o “Venus de Chupícuaro” como también se le conoce, una escultura en barro de la cultura Chupícuaro encontrada durante las excavaciones al margen del río Lerma cerca del antiguo pueblo de Chupícuaro.
Esta escultura fue dos veces perdida: La primera vez, ya se consideraba perdida con la construcción de la Presa Solís en los 50s, que inundó varios pueblos y sitios arqueológicos, algunos de los cuales apenas pudieron ser explorados y perdiendo tesoros históricos incalculables. Antes de construir la presa, la gente de los alrededores solía encontrar piezas antiguas a las que consideraba como "un montón de ollas viejas".
La segunda vez, porque quienes realizaron las excavaciones arqueológicas fueron extranjeros, quienes se llevaron gran cantidad de piezas encontradas.
La escultura original de la Diosa de la Fertilidad pertenece ahora a las colecciones del Musée du qual Brandy, en París Francia, aunque se encuentra en exhibición en el Museo de Louvre.
Para Saber
Chupícuaro es una zona arqueológica prehispánica, localizada a 7 kilómetros de Acámbaro y una parte abarca a Tarandacuao, en las lomas cercanas al río Lerma y su afluente el río Coroneo o Tigre, actualmente cubierto por la Presa Solís.
La palabra Chupícuaro, en leguaje purépecha deriva de chupicua, una planta que se usa para teñir de azul, y el ro que significa lugar, por lo que se traduce como “Lugar Azul”.
Los primeros estudios del a zona se realizaron entre 1956 y 1927 por los arqueólogos Enrique Juan Palacios, Ramón Mena y Porfirio Aguirre, ya que entre los años de 1946 y 1949, debido a la construcción de la Presa Solís, se realizaron exploraciones y descubrimientos de objetos de cerámica y tumbas. Actualmente el lugar se encuentra debajo de las aguas de la presa, aunque existen zonas a los alrededores que siguen explorando.
La zona fue habitada por nómadas chichimecas (Guamares y guachichiles) que llegaron de San Luis Potosí.
Se estima que este asentamiento tuvo lugar entre 500 a. C. a 300 d. C.
En la zona se han encontrado metates y molcajetes de piedra, con los que seguramente molían el maíz y probablemente sembraron chile y tomates silvestres. También se sabe que practicaron la caza, la pesca y la recolección de productos silvestres.
Esta zona arqueológica es una de las más extensas e importantes del país, con más de un docena de pirámides construidas en un basamento oval, aunque sólo una ha sido parcialmente explorada y donde se encontraron objetos de cerámica, pedernales y figurillas.
El resto de las estructuras se encuentran sin explorar. Existen, tumbas, altares y otros restos dispersos en una extensión estimada de 500 metros cuadrados.
Mucha de esta cultura se puede aprender en el Museo Etnográfico y Arqueológico"Fray Bernrdo Padilla González", ubicado en Nuevo Chupícuaro, que preserva una colección de mil 266 piezas arqueológicas y 200 etnográficas. Además, en el Museo Histórico de Acámbaro se cuenta con una colección de casi cinco mil piezas.
Todo ese pasado del Viejo Chupícuaro es lo que trae a la mente la enorme estructura de la Diosa de la Fertilidad que se encuentra en el kilómetro 3.5 de la carretera de Acámbaro que va hacia el Nuevo Chupícuaro.
| Con fotos de: Estado de Guanajuato, México
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