León.- Luego de llegar a México procedentes de Europa, Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota, el 28 de mayo de 1864, tomaban el Segundo Imperio en el país que encabezarían hasta 1867.
Unos meses después de que llegaran a México, Maximiliano de Habsburgo decidió recorrer su imperio, dejó como regente a su esposa Carlota y emprendió el viaje para visitar varios estados como Guanajuato en donde estuvo en las ciudades de Apaseo el Grande, Celaya, Irapuato, Guanajuato, San Miguel de Allende, Dolores Hidalgo y León.
En su recorrido por Guanajuato, Maximiliano de Habsburgo llegó a visitar la ciudad e León el 29 de septiembre de 1864, en donde fue recibido con gran fiesta que le tenían preparada los partidarios del imperio.
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De acuerdo a lo que relata Vicente González del Castillo Padilla, quien fundó el Archivo Histórico Municipal de León, Guanajuato, sobre la llegada de Maximiliano de Habsburgo señala:
"Desde la madrugada de ese día salieron los grupos comisionados para darles la bienvenida; uno –el oficial- encabezado por el prefecto político, coronel Mariano de Veraza; otro, formado por prominentes miembros de la sociedad (...) Esos grupos se apostaron junto al camino de Silao, sobre terrenos cercanos a la Hacienda de San Juan de Otates y a los ranchos de El Potrero y de Alfaro".
Vicente González del Castillo Padilla, quien escribió ensayos sobre sucesos históricos o notables de la ciudad leonesa agrega sobre el recibimiento del emperador.
"Cuando se acercaban las Imperiales Majestades, algunos de los más destacados componentes de esos grupos fueron a encontrarlos, y en seguida los acompañaron al lugar del 'primer saludo oficial', y entre 'marchas de honor', vítores, salvas de artillería, etcétera y etcétera, les llevaron a la casa en que se les preparó alojamiento, y que fue la que habitaba el acaudalado don Ángel Bustamante, situada en el entonces Portal de las Palomas –ahora Bravo-, actualmente Hotel Ramada Plaza".
Al respecto del recibimiento de Maximiliano a León José Sóstenes Lira, historiógrafo de la ciudad zapatera, menciona en sus efemérides:
"Las fiestas de recepción de Maximiliano consistieron en ascenciones aerostáticas verificadas por los hermanos don Tranquilino y don Eulogio Alemán; fuegos artificiales todas las noches, a los que asistían el ilmo. Señor Sollano (primer obispo de León) y el Emperador en unos doseles que al efecto se levantaron en el lugar que hoy es el cajón de ropa 'Las Fábricas Universales' (en la Plaza principal). En el centro de la plaza, en una fuente que jamás llegó a producir agua, estaba levantado un altar en el que se veían los retratos de Maximiliano y Carlota, y en la desembocadura de las calles que concurren a la misma plaza, se destacaban unos cuadros con las inscripciones siguientes. 'Viva la religión que nos gobierna', 'Viva la Regencia del Imperio', 'Viva Napoleon III Emperador de los franceses', 'Viva Maximiliano Emperador de México'".
El mismo 29 de septiembre le fue ofrecido a Maximiliano de Habsburgo un baile en la residencia en que se alojaba. Aquella casa, de bella arquitectura, fue destruida a mediados del siglo XX y en su lugar se construyó el Hotel Condesa.
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También se le ofreció otro baile en "La Huerta de Uraga", que estaba al pie de lo que hoy es el templo del Santuario de Guadalupe. La huerta había recibido su nombre gracias a José López Uraga, un general juarista que se había pasado al lado del ejército imperial y que casó con la leonesa Rosa Obregón, a quien le pertenecía el predio por herencia.
CM