CINES EN LEÓN

Conoce los mitos y realidades de un cine clandestino en León

Todavía hace 2 años funcionaba así el llamado Cinema León, en la calle Comonfort 319, donde por 40 pesos se podía entrar para ver películas pornográficas; y sigue aberto después de casi 20 años

Hace 2 años, así pasaba desapercibida la entrada a Cinema León.
Hace 2 años, así pasaba desapercibida la entrada a Cinema León.Créditos: Archivo/La Silla Rota
Escrito en GUANAJUATO el

León.- Todavía, a mediados del 2022, en la calle Comonfort 319, en pleno centro de la ciudad, por un pasillo oscuro y con escalones sucios se podía acceder al llamado Cinema León, el cual, durante más de 17 años llegó a operar con salas clandestinas donde se exhibían películas pornográficas, sólo para adultos.

En la actualidad, dicho cine continúa en funcionamiento, en el mismo lugar y con los mismos horarios para proyectar los filmes, aunque en la presente información retrocedemos 2 años, para dar a conocer la forma en que operaba.

El cine funcionaba en la parte alta y antes de subir los escalones, los asistentes se topaban con posters de escenas eróticas y mujeres exuberantes alrededor de la taquilla, en donde por 40 pesos tenían el pase para ser parte de una aventura moralmente prohibida, en 3 funciones que se repetían durante el día.

Para la mayoría de las personas que caminaban por la calle Comonfort, una de las más concurridas de la ciudad, el Cinema León pasaba desapercibido, mismo que se ubicaba a unos metros del Mercado Comonfort, a un costado de una importadora grande y una casa habitación color rojo. Había una lona blanca colocada en la parte de arriba del cine que estaba muy desgastada, apenas y se alcanzaba a leer "Cinema", un espacio que por alrededor de 17 años estuvo abierto al público sin que muchos se dieran cuenta de su existencia

Mientras afuera se escuchaba el ajetreo de los clientes del Mercado o de los peatones sobre la avenida Miguel Alemán, adentro del cine, quienes sí conocían de su existencia, observaban despreocupados las escenas pornográficas que, obviamente, eran películas que se transmitían en la clandestinidad. 

La entrada al cine.

Al subir los escalones había una sala de recepción oscura y un guardia que se encargaba de la seguridad. Hombres de todas las edades entraban y salían del lugar.

Había que subir estos escalones.

La entrada a este cine costaba 40 pesos y se rodaban tres películas, las que se proyectaban a lo largo del día. No había cartelera. El tiempo dentro de las salas era indeterminado, los clientes podían durar todo el día o sólo media hora, y parece ser que se conocían, ya que se saludaban entre sí e identificaban por su nombre a la recepcionista. 

Lo curioso de este lugar, era que en las salas las parejas podían intercambiarse, incluso el hombre o la mujer podían recibir propuestas de otros clientes, bajo el riesgo de no aceptar que tu acompañante cediera y pudiera desatar algún conflicto.

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Ambos géneros recibían ofrecimientos de todo tipo, así que una orgía (actividad sexual en grupo) pudo haber sido algo acostumbrado en este cine, donde no había ningún tipo de reglas.

El letrero delvnombre del cine apenas se podía leer.

Hace 2 años, durante una visita de La Silla Rota por este lugar, se pudo observar la asistencia de hombres de entre 28 y 45 años de edad, hombres, mujeres, personas de la comunidad LGBT, gays, lesbianas, transexuales y no binarios.

Eran las 7 de la tarde del 22 de marzo de 2024 cuando se realizó esta visita, en donde se pudo observar la entrada de muchos clientes, tomando en cuenta que es el horario en que muchas personas salen de trabajar.  

De acuerdo con testigos, los adultos que entraban ahí se responsabilizaban de lo que pudiera suceder y hasta qué nivel. En caso de que la situación subiera de tono había un guardia de seguridad afuera, al que podían buscar para solicitar ayuda. 

En la recepción, como en cualquier cine, vendían botana, golosinas y refrescos. También había una estantería donde los clientes dejaban sus pertenencias o mochilas y a la salida se las entregaban. 

Para la mayoría de la gente, el cine pasaba desapercibido.

Al Cinema no podían entrar menores de edad, los hombres que comúnmente asistían eran adultos. En la entrada también había trabajadoras sexuales en busca de clientes

Se desconoce si el Cinema León contaba en ese tiempo con los permisos para operar, después de casi dos décadas de funcionar en la calle Comonfort, aunque tal parece que sí, ya que en la actualidad sigue funcionado, información que daremos a conocer en otro espacio informativo de la Silla Rota.