León.- El escenario es un mundo y el mundo es un escenario, dice un viejo dicho. Y nunca el mundo se vuelve tan grande y tan pequeño a la vez como en una función de títeres.
Como parte del festival de monólogos “Teatro a Una Voz”, la compañía Maika Teatro vino a la ciudad de León desde Durango, para presentar su adaptación del cuento clásico de Oscar Wilde, el Príncipe Feliz.
La Silla Rota tuvo la oportunidad de conversar con Alfredo Payán, director de la compañía Maika Teatro, quienes se han enfocado en recuperar la tradición del teatro de títeres y modernizarla, sin perder su espíritu auténtico.
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Pregunta: ¿Cuál es la magia del teatro?
Respuesta: La verdadera magia del teatro es que podemos vernos reflejados de muchísimas maneras. Es un espejo donde caben muchos mundos, esa es la verdadera magia del teatro.
P: En esta ocasión vimos un espectáculo para toda la familia, ¿también han trabajado espectáculos de títeres para adultos?
R: Tenemos espectáculos de títeres para adolescentes y adultos, con otro tipo de temática, otras poéticas. A veces se tiene la creencia de que el teatro de títeres es solo para niños, pero no. Tiene esa facilidad y esa magia de poder encantar a diferentes públicos. Y también de abordar temáticas de todo tipo. Desde cosas muy enternecedoras, hasta cosas muy fuertes.
P: ¿De dónde surge el amor por recuperar la tradición titiritera?
R: De manera personal, es algo que me ha acompañado desde muy pequeño. Soy de Durango, tuve que migrar a Guadalajara para estudiar teatro. Y ahí descubro el teatro de títeres precisamente para adultos. También descubro otras maneras de hacer teatro de títeres para niños. Ahí fue el encuentro directo con un enorme universo de posibilidades.
En el teatro de títeres encontré ese espacio donde poder expresarme, donde poder decir lo que yo quiero a través de estas maneras plásticas y de esta poética.
P: ¿Los títeres te permiten expresar mejor el alma humana?
R: La verdad es que los títeres tienen la posibilidad de hacer muchas cosas que un actor no. Le puedes quitar la cabeza y el títere sigue hablando y el cuerpo sigue moviéndose, ¡lo puedes hacer volar! A lo mejor a un actor te lo cuenta y entras en esa convención o lo subes a un arnés y vuela, pero el títere lo agarras, lo vuelas… puedes hacer mil cosas con él.
Nosotros decimos no manipular, si no animar. Creo que esto es llevar el alma a su máxima expresión.
P: ¿Cómo surge Maika Teatro?
R: Maika Teatro surge en 2007, como el sueño de 3 estudiantes de artes escénicas de hacer algo con títeres.
Comenzamos explorando, tallereando, aplicando a algunas becas. Y de repente nos encontramos que ya éramos un grupo y necesitábamos un nombre. “Maika” en lengua náhuatl significa “vámonos a casa” y es el nombre de un volcán extinto que está en una población como a hora y media de la capital de Durango.
Yo descubro este nombre en un folleto de Alas y Raíces y para mí significaba mucho, porque yo tenía ya algunos años viviendo en Guadalajara, pero siempre el sueño poder regresar y aplicar lo que estaba aprendiendo en mi tierra.
Se da esta oportunidad a través del teatro de títeres y con este nombre cobra sentido.
Para no hacer el cuento largo, en estos casi 17 años nuestra base ha sido el teatro de títeres y el teatro de objetos. Y hemos tratado de incorporar disciplinas como la danza, el canto en vivo, las artes audiovisuales, para enriquecer nuestro trabajo en escena.
Nuestro trabajo “El Príncipe Feliz” (que se presentó en León este miércoles), nos ha llevado, junto con otros proyectos, a recorrer gran parte del país. Pero también fuera de México. Hemos estado en Cuba, Perú, Colombia, Argentina, República Dominicana, Canadá, Uruguay y a finales de agosto nos vamos a Rumania.
P: ¿Qué se llevan de Guanajuato?
R: ¡Tanta hospitalidad! No es la primera vez que estamos aquí. De hecho, la última semana de junio estuve en el centro de las artes en Salamanca impartiendo un par de talleres de teatro de títeres.
La verdad es que en todos los lugares ha sido gente maravillosa, muy hospitalaria. Muy abierta a conocer lo que viene de fuera. Y a compartir también.
Además, Guanajuato es tierra de grandes titiriteros. Algunos de ellos amigos a quienes aprecio muchísimo.
Y pues nada, nos llevamos esta oportunidad de compartir y de estrechar lazos.
P: ¿Qué mensaje le dejarían a todos los que aún creen en el teatro, pero ven que es muy difícil sobrevivir en este mundo?
R: No es fácil, es cierto. El arte es una necesidad, pero no es un negocio.
Pero es elemental.
Entonces, simplemente hay que seguir creyendo.
El arte está en todos lados. Creo que los artistas tenemos la capacidad de convertirlo en poesía, de las diferentes formas en que se pueda expresar: teatro, cine, danza, música, literatura.
Sigamos insistiendo, persistiendo, resistiendo. Y creyendo y creando.
P: ¿Cómo ves el futuro del teatro en México?
R: Está creciendo, está avanzando. Se están creando nuevos colectivos, hay nuevas escuelas. Poco a poco las ciudades se van llenando de espacios donde profesionalizarse.
Creo que hay un gran futuro.
Hay muchas necesidades, carencias, pero también hay mucha esperanza, porque hay gente que seguimos creyendo en esto y haciéndolo posible.
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P: La tecnología, ¿es una ventaja o una desventaja para el arte teatral? Sobre todo para los títeres.
R: Definitivamente es una ventaja. Creo que hay que saber utilizarla. Es cierto que a veces nos invade demasiado, nos puede rebasar. Pero también tenemos, como seres humanos, la capacidad de hacer de estas nuevas tecnologías nuestras aliadas.
Se ha demostrado que se pueden hacer cosas maravillosas incorporándolas al teatro en escena.
MM