Purísima del Rincón.- En el Pueblo Mágico de Jalpa de Cánovas, perteneciente al municipio de Purísima del Rincón, existe todavía la casona de lo que fuera una de las haciendas más grandes y ricas de México existentes durante la época virreinal, la cual es actualmente un museo: Museo Casa Jalpa.
Para llegar a esta histórica hacienda, donde por su producción agrícola se llegó a considerar por mucho tiempo a Jalpa de Cánovas como “El Granero de México”, hay que partir de la cabecera municipal y tomar la carretera con rumbo a Ciudad Manuel Doblado que va tambipen a San Diego de Alejandría, Jalisco, pasar por otra de las ex haciendas famosa, Cañada de Negros, y en unos 15 minutos llegar al Pueblo Mágico de Jalpa.
De acuerdo con datos históricos, el poblado fue fundado en 1542, cuando la Audiencia de Nueva Galicia, en la jurisdicción de la Villa de Lagos le otorgó al capitán español Don Juan de Villaseñor y Orozco la merced de 4 sitios para ganado mayor y 8 caballerías de tierra, que comprendió parte de los reinos de la Nueva España y de la Nueva Galicia.
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La Hacienda de Jalpa de Cánovas fue fundada en el siglo XVII, cuando Don Gerónimo Monterde y Antillón la tomó a su cargo en el año de 1700, y los herederos y dueños siguieron en posesión de títulos similares en otros períodos.
En 1875, la última condesa de Jalpa llamada Manuela, recibió por herencia 67 mil hectáreas, una hacienda considerada la más grande del Bajío que abarcaba desde Irapuato hasta el puente grande de Jalisco, una de las más grandes y prósperas.
De esta hacienda salía el 85% de harina de trigo a todo México, pues contaba con 6 trojes, 6 graneros con 52 metros de largo, donde se almacenaba el trigo. Tenía un molino que estaba a 3 calles arriba del jardín principal, el cual conserva el acueducto que se conecta con uno de los canales que vienen de la presa.
Cuando doña Manuela muere, uno de sus hijos recibe 34 mil hectáreas como herencia, mismas que fracciona y vende para viajar por el mundo; las 33 mil restantes pasan a su hija Ignacia, quien conserva sus tierras y las hace crecer cuando se casa en 1850 con Manuel Cánovas.
Este matrimonio compró las haciendas vecinas “La Concepción”, rumbo a Manuel Doblado, de la que sólo quedan vestigios; y “Cañada de Negros”, actualmente que funciona como hotel boutique y se conserva en buen estado.
Don Manuel enviuda en 1915 y se va a Inglaterra, para regresar 6 años después y encontrar en Jalpa sus tierras tomadas por pobladores, por lo que sólo cambia el nombre al poblado por el de Jalpa de Cánovas.
A su más de 50 años se casa nuevamente con una mujer más joven con quien procrea a su única hija Guadalupe, quien a los seis años queda huérfana de padre y se convierte en la niña más rica de México, quien se casó en 1900 con Oscar Braniff, descendiente de una familia irlandesa.
Como dato relevante, en la boda de los propietarios de Jalpa de Cánovas, Guadalupe y Oscar, el padrino fue el presidente Porfirio Díaz, quien les regaló 30 años de luz gratis, por lo que fue la primera hacienda de la entidad en contar con electricidad.
Guadalupe y Oscar tuvieron dos hijos: Oscar junior y Guadalupe “La Fifís”, pero ella no pudo tener hijos. Por su parte, su hermano procreó con Aurora Rincón Gallardo a tres hijos, que fueron los últimos descendientes de sangre.
En la actualidad, sólo sobrevive el antiguo casco de la hacienda, que en la actualidad funciona como museo: El Museo Casa Jalpa. Y a su alrededor se encuentran inmuebles que formaron parte de la finca: Las trojes, la tienda de raya, la casa del administrador y el Santuario de Guadalupe.
La Ex Hacienda de Jalpa está muy bien conservada, incluyendo sus jardines, por lo que ingresar al lugar es como retroceder en el tiempo hasta el siglo XVI.
A saber
Cereales, alfalfa, trébol y pastizales de alta calidad eran algunos de los productos que se cosechaban, por lo que, por un tiempo, Jalpa de Cánovas fue considerado como “El Granero de México”.
En la actualidad, existen huertos de membrillo, nogales, trigales y viñedos.
La comunidad se encuentra rodeada de agua, árboles y nogales.
Otro de sus atractivos turísticos en el Acueducto del Molino Viejo.
Tiene una de las reservas de árboles de nogal más grandes del Bajío.
En su gastronomía, principalmente a base del membrillo y la nuez, se puede encontrar una gran variedad de dulces artesanales elaboradoras con frutas y el pan de cajeta. Nieves artesanales de fresa, grosella, vainilla, tamarindo, limón y membrillo. Licores de frutas y las cervezas artesanales. El tradicional Caldo de Zorra con ingredientes prehispánicos, principalmente el xoconostle. Sus tacos de cecina y mole de nuez.
Esto y muchos otros detalles son los que rodean al Museo Casa Jalpa, en lo que fuera la Hacienda de Jalpa de Cánovas, por lo que en 2012 se le otorgó a esta comunidad el nombramiento de Pueblo Mágico.
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