León.- Tal y como cada año, durante la temporada de lluvias, la Cascada del Paso, localizada en la comunidad de Piñícuaro, perteneciente a Moroleón, renueva su atractivo natural digno de observar y disfrutar en familia o entre grupos de amigos, donde además se pueden encontrar en las cercanías los vestigios de antiguas casonas y de minas donde en tiempos posteriores a la Conquista de España encontraron yacimientos de plata.
Piñícuaro es palabra de origen tarasco y significa "Boca de Cueva". En la actualidad tiene alrededor de mil habitantes y es un lugar muy concurrido por los visitantes que practican senderismo o para realizar competencia de ciclismo de montaña o carreras atlética de campo traviesa, o simplemente para pasar un dpias de campo en la Cascada de El Paso que forma entre las rocas una alberca natural donde se puede nadar.
Durante la presente temporada de lluvias, los escurrimientos de la sierra y los del Cerro de Amoles se unen en el rancho de Tejocotes formando una primer ascada, de ahí el agua toma un cauce hacia Piñícuaro, y en el lugar conocido como El Paso el agua cae también en forma de cascada, desde un peñasco de unos 10 metros de altitud. A este atractivo natural se le conoce como "Cascada de Piñícuaro" o "Cascada de El paso".
Te podría interesar
Algo de historia
Piñícuaro es la comunidad rural con mayor población de Moroleón y una de las más antiguas de esta zona. Cuenta con alrededor de mil habitamtes.
Se le conoce como un centro de producción de alfarería (cántaros, ollas, platos, cazuelas) y el lugar donde el maestro Ponciano Vega reformó la música y coreografía de los bailes folclóricos de esta zona, con lo que dio origen a una colorida danza que ha representado a México a nivel internacional: la “Danza de Paloteros”.
Te podría interesar
El primer nacimiento en esa comunidad del que se tiene registro en la Vicaría de la Congregación de Esquipulas data de 9 de enero de 1841. Se trata de un niño de nombre Antonio Julián, hijo de Francisco Pito y Rita Nerio.
Actualmente, esta comunidad es habitada por familias de apellidos Sirangua, Santos, Reyes, Vega, Aguado y Ortiz.
Hay documentos antiguos que relatan que en el lugar había minas de plata, las cuales fueron cerradas durante la Guerra de Independencia de México y ya nunca fueron abiertas, aunque con el tiempo se fue perdiendo la certeza de su existencia, hasta que, en 2019, un senderista de Moroleón localizó una de ellas.
En la actualidad, los vecinos de Piñícuaro han mostrado quejas sobre la basura que los visitantes dejan en el lugar, lo que ofrece una mala imagen para quienes acuden realmente a disfrutar y admirar el espectáculo natural de la cascada.