León.- Al tocar el tema de las zonas arqueológicas de Guanajuato entre quienes se interesan por conocer algo del pasado indígena de la entidad, se habla de los pobladores originarios, como chichimecas, otomíes y purépechas, principalmente, por lo que surgen otras interrogantes de cuáles eras sus costumbres, su lenguaje, su cultura y los poblados en los que tuvieron sus asentamientos.
Sobre los lugares que estuvieron habitados mucho antes de la Conquista Española y donde se puede conocer algo o mucho de quienes habitaron los pueblos de Guanajuato, , se han rescatado en Guanajuato zonas arqueológicas como la de El Cóporo en Ocampo, la de Peralta en Abasolo, la de Plazuelas en Pénjamo, la de Cañada de la Virgen en San Miguel de Allende y la de Arroyo Seco en Victoria.
Dichas zonas son consideradas como protegidas y forman parte ya del turismo cultural de la entidad, sin embargo, hay otras construcciones antiguas en las que no ha habido el interés o los recursos por parte de las autoridades municipales, estatales y del INAH para su rescate, como Los Edificios en Salamanca, Tzché en Apaseo el Alto, El Cerro de los Remedios en Comonfort y el sitio más abandonado de todos, el de Casas Viejas en Atarjea.
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Casas Viejas
De acuerdo a datos recopilados en la página de internet Blogger, en Atarjea existen en la actualidad vestigios del asentamiento prehispánico conocido como Casas Viejas y desde mediados del siglo pasado hay testimonios de profesionistas que solicitaban al Departamento de Monumentos Nacionales y Arqueología la presencia en ese lugar, para rescatar, salvaguardar y realizar estudios sobre este sitio y se difundieran las evidencias de este sitio ubicado al noreste del Estado de Guanajuato, dentro de la Sierra Gorda.
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En Casas Viejas existe aún una explanada cubierta por hierba en los que se observan dos pirámides de una altura cercana a los 30 metros y se conservan sus paredes originales en diversos sitios y destruidos en otros, debido al paso del tiempo y a los saqueos y destrucción de quienes visitan el lugar, y buscan siempre llevarse algún “tesoro” de recuerdo.
Se puede observar una plaza rectangular de unos 50 metros de largo y en sus extremos dos montículos, cuyos muros se conservan en secciones, elaborados con piedras talladas de forma simétrica, como bloques rectangulares cuyo tamaño se acerca a los 15 centímetros de ancho por 30 de largo.
Sobresalen los muros angulados de las estructuras piedras de amarre, aprovechadas para colocar aplanado. En el extremo este del sitio se levanta el montículo mejor conservado, con todo y que muestra un pozo de saqueo de aproximadamente 1 metro cuadrado. Las dimensiones en la base son de 7x6 metros y en su parte alta llega a los 5x4 metros, con forma de rectángulo, misma que sobresale en la pirámide del lado oeste, aunque es la parte más destruida.
En la actualidad
Todavía en la actualidad, los habitantes de Atarjea han señalado que no existe el interés por parte de las autoridades municipales, estatales y del INAH para la recuperaicón y preservación de esta zona arqueológica.
Mencionan que los saqueos y la destrucción de Casas Viejas continúan por parte de quienes visitan el lugar y aprovechan para llevarse un “recuerdo”, como piedras, piezas y otros objetos antiguos, por lo que cuando finalmente las autoridades o personal competente se decidan a reconstruir el lugar, harán falta muchas partes para armar el rompecabezas.
Todavía queda la oportunidad de rescatar algo de lo mucho que existió en Casas Viejas, para mostrar y dar a conocer a todo México y al mundo la existencia de este asentamiento prehispánico, situado entre las comunidades de El Carricillo y La Joya, pero será hasta que se le destine un presupuesto y se decida enfrentar al obstáculo que representa llegar hasta la zona arqueológica abandonada.