León.- En la colonia Jardines del Moral hay una casa con un enorme muro de piedra que recorre 2 esquinas. Son alrededor de más de 6,000 metros cuadrados los que cerca en las calles avenida León, avenida Guanajuato y calle Laja. Todos los que transitan por la zona, incluso los que lo han hecho por años se preguntan lo msimo. ¿Qué hay en su interior?. A la casa la envuelve el misterio, pero también la sensación de opulencia, que hoy ya desapareció. En el terreno no hay más que abandono.
Comienza a un lado de la Torre Médica Santé, frente al resaurante Boulán (antes Caffezito); baja por la avenida Guanajuato, a un costado de la glorieta conocida por su iglesia de San Juan de los Lagos; y luego continúa sobre la calle la Laja. Años atrás su portón de madera se abría discretamente para dejar entrar o salir carros de la misma forma que el enigma iba y venía con cada movimiento que se veía en torno a la casa.
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La casa, recuerdan vecinos, perteneció en algún momento a la familia González Fuentes, conformada por Rodrigo y su esposa e hijos, dueño de Química Central; también pasó a manos de Wilmar Nienow, propietario de curtidos Wynny.
Años atrás, antes de que el abandono se apoderará de ella, fue una hogar, la residencia de una familia. Hoy la enorme propiedad de muro de piedra en avenida León es solo un terreno abandonado. En su interior no hay nada más que pasto seco, tierra y algunos árboles.
Aquellos años en los que algunos recuerdan el lujo en el que se alzaba solo queda un terreno vacío. Aún en algunas partes tiene piso de concreto y escalones que alguna vez condujeron a un patio. Hoy todo es un enorme jardín seco.
Esta enorme construcción con décadas de existencia es una de los muchos hogares que dejaron de serlo. Quienes saben lo que alguna vez fue son aquellos habitaron la zona años atrás, cuando Jardines del Moral era una zona residencial de vecinos y amigos, mucho antes de convertirse fuera una zona comercial.
Hoy gran parte de los inmuebles sobre la avenida León y la avenida Guanajuato son negocios. Restaurantes, cafés, clínicas médicas, boutiques, clínicas de belleza y más dominan en la zona. Ya son pocos los vecinos que ahí habitan y que a estas alturas se han acostumbrado a vivir entre el tráfico que atraen estos locales.
Ellos lo han visto todo. Vieron cómo las casas se volvieron negocios y cómo sus vecinos poco a poco fueron abandonando las casas que convirtieron hogares. Fueron testigos de cómo esta enrome casa con el número 402 fue quedando en el abandono y deterioro.
En el 2022 su clásico portón de madera ya lucía descarapelado por la falta de mantenimiento y el concreto sobre él estaba destruido. Con eso basta para que los que pasan por afuera se imaginen su interior.