Silao.- Un día como hoy 11 de enero, pero de 1923, se colocó la primera piedra del primer monumento en honor a Cristo Rey, en el Cerro del Cubilete, y pese al endurecimiento de las políticas anticlericales del entonces presidente Álvaro Obregón (1920-1924), el primer monumento pudo realizarse, aunque 5 años después, por mandato del sucesor de Obregón, Plutarco Elías Calles, fue bombardeado y destruido en 1928.
De acuerdo con los datos históricos, el Episcopado de México decidió hacer el primer monumento en 1923 y el 11 de enero de ese año el Delegado Apostólico, monseñor Ernesto E. Filippi acudió a colocar la primera piedra,? lo cual le valió la expulsión del país por parte del gobierno obregonista que había endurecido en ese tiempo las políticas de separación de Iglesia y Estado, contempladas en varios artículos de la Constitución Política de 1917 que fue promulgada por Venustiano Carranza.
Pese a lo anterior, la obra se realizó con apoyo de ciudadanos silaoenses en lo que actualmente es La Ermita Expiatoria, aunque el monumento era pequeño, ya que sólo tenía 9 metros de altura, y su construcción duró 4 semanas, del 12 de marzo al 9 de abril de 1920.
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Sin embargo, el 30 de enero de 1928, en presencia de miles de fieles y en plena revolución cristera que duró de 1926 a 1929, desde una avioneta militar comandada por el general Joaquín Amaro lanzaron bombas y destruyeron el monumento, en un atentado ordenado por el presidente Plutarco Elías, quien gobernó el país de 1924 a 1929 y llevó a cabo políticas más radicales sobre la separació
n de la Iglesia y el Estado, incluso con el cierre de templos y prohibición de actos religiosos, que dieron origen a la Guerra Cristera.
El segundo monumento
No fue hasta una vez restablecidas las relaciones entre la Iglesia y el Estado, cuando el Episcopado Mexicano, aprobó el 1 de noviembre de 1943 la construcción del segundo monumento, en la cumbre del Cerro del Cubilete, y fueron los arzobispos de Guadalajara, José Garibi Rivera, y el de México, Luis Ma. Martínez, quienes consiguieron el permiso del presidente de México Manuel Ávila Camacho.
En 1944 cuando empezaron los trabajos de construcción del actual monumento a cargo de los arquitectos mexicanos: Nicolás Mariscal y Piña (autor del proyecto) y José Carlos Ituarte González (quien fue el constructor de principio a fin).
El sexto Obispo de León, Emeterio Valverde y Téllez, fue el gran promotor de esta grandiosa obra religiosa desde 1919 en que le nació la inquietud de su construcción y hasta su muerte ocurrida el 26 de diciembre de 1948.
El Sr. Valverde, el 11 de diciembre de 1944 bendijo La Ermita Expiatoria en donde fue dinamitado el primer monumento, con el objetivo de pedir perdón por el ruin acto de sacrilegio, y colocó la primera piedra para la construcción del monumento que actualmente se encuentra en la cumbre del Cerro del Cubilete.
Valverde y Téllez murió en 1948 cuando la construcción estaba muy avanzada. Finalmente, el 11 de diciembre de 1950, la obra fue inaugurada y bendecida por el obispo Manuel Martín del Campo y Padilla.
Contribuyeron a la edificación de este lugar santo los obispos de León Emeterio Valverde y Téllez, Manuel Martín del Campo y Padilla y Anselmo Zarza Bernal.
El sacerdote José Ascensión Betancourt, quien desde 1943 brindó su apoyo para la realización de esta obra al Obispo Valverde y Téllez, fue el primer capellán de la Montaña de Cristo Rey y continuaron su labor posteriormente los sacerdotes José Anaya Pasalagua, Eleuterio Gutiérrez, Raúl Muños Franco, Jesús Ortiz Ayala y Silverio Chávez.
La gigantesca estatua mide 20 metros, pesa 80 toneladas y es la estatua de Cristo más grande del mundo hecha de bronce y no concreto o mármol como las otros lugares.
Este santuario es el lugar más visitado por los fieles católicos de México, sólo después de la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México y la Basílica de la Virgen de San Juan de los Lagos.
¿Quiénes eran los dueños de El Cubilete?
El Cerro del Cubilete perteneció a la hacienda de Chichimequillas, propiedad del abogado y diputado constituyente José Natividad Macías Castorena, quien autorizó la construcción del primer monumento a Cristo Rey en los terrenos donde se asienta actualmente la Ermita Expiatoria. Natividad Macías, que ocupó varios puestos en el gabinete de Venustiano Carranza, durante la revolución, fue perseguido por la facción obregonista que lo obligó al destierro.
En Silao, su amistad con el obispo Valverde y Téllez, impulsor del proyecto de construcción del monumento, lo llevó a donar el terreno en lo que es ahora La Ermita.
Y el predio donde se construyó el monumento actual, en la cumbre, perteneció a Doña Carmen Macías Torres, nieta de Natividad Macías, quién realizó la donación de los terrenos.
JP