León.- Este 11 de enero se cumplen 100 años de la colocación de la primera piedra del primer monumento en honor a Cristo Rey en el Cerro del Cubilete, en Silao, el cual, 5 años después, el 30 de enero de 1928 a las 16 horas, fue bombardeado
desde una avioneta militar comandada por el general Joaquín Amaro, en presencia de miles de fieles, en plena revolución cristera que duró de 1926 a 1929. El atentado que destruyó la venerada imagen fue ordenado por el gobierno de Plutarco Elías Calles.
El 30 de enero de 1928 fue bombardeado el Monumento a Cristo Rey.
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¿Qué fue lo que desencadenó dicha destrucción de la imagen de Cristo Rey?
De acuerdo con datos históricos, durante el gobierno de Venustiano Carranza se promulgó la Constitución Política de 1917, en la que al menos cuatro artículos afectaban directamente a los intereses del clero, sin embargo, su aplicación no tuvo efectos inmediatos.
En enero de 1923, el Episcopado Mexicano mandó construir el primer monumento en honor a Cristo Rey en el Cerro del Cubilete y el 11 de enero de 1923, a iniciativa del obispo de León Emeterio Valverde y Téllez, el Nuncio Apostólico Ernesto E. Filippi colocó la primera piedra de la obra, en un acto que le valió ser expulsado del país, cuando era presidente el general Álvaro Obregón, quien había endurecido sus políticas contra la Iglesia Católica. Obregón duró en el poder de 1920 a 1924, y murió asesinado en 1928 por el cristero José León Toral.
Elías Calles fue electo presidente en 1924, y dos dos años después inició la Guerra Cristera, ya que estableció medidas de represión todavía más radicales contra los clérigos y la feligresía católica, de tal manera que mandó cerrar todos los templos del país, por lo que el Monumento a Cristo Rey fue considerada como una afrenta al gobierno y el 30 de enero de 1928 la imagen de Cristo Rey fue bombardeada y destruida. Cabe hace notar que con los restos de la imagen se construyó una Ermita en 1944.
La rebelión cristera contra el Estado mexicano duró de 1926 a 1929 y terminó con un acuerdo entre la jerarquía católica y el gobierno del entonces presidente Emilio Portes Gil, lo que permitió la reapertura de los templos.
Posteriormente, el obispo José Garibi Rivera gestionó la construcción de un nuevo monumento y, con la venia del presidente
Manuel Ávila Camacho (1940-1946), en 1944 empezaron las obras, pero ahora en la cima del Cerro del Cubilete.
Y en octubre de 1950, en presencia de sus arquitectos Nicolás Mariscal y José Ituarte, y del escultor Fidias Elizondo, la imagen
de Cristo Rey, de 20 metros de altura y con un peso de 80 toneladas, quedó instalada en la cúspide del cerro, y es hasta
la actualidad el santuario más visitado por los creyentes mexicanos, después de la Villa de Guadalupe y la Catedral Basílica
de la Virgen de San Juan de los Lagos.