Guanajuato-. Está en la cima de una colina, por un camino que serpentea cuesta arriba hasta la Mina de Rayas, allí se encuentra un antiguo poblado minero que casi está escondido entre los cerros. Su nombre es Mellado. De allí fue de donde bajó El Pípila (que era minero) para apoyar a la causa independentista encabezaba por el Padre de la Patria: Miguel Hidalgo y Costilla.
Mellado es un pueblo apacible de viejas casonas con puertas antiguas de madera y clavos remachados, como si el tiempo no hubiese pasado desde la época de la colonia: sus calles están empedradas, reina el silencio mas solo el viento que mueve las hojas de los fresnos de su pequeña alameda central en la que yace una fuente; algunas casas están hechas de adobe; un caballo come el zacate de entre las piedras y una gallina camina en uno de los callejones sinuosos.
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Un pueblo en la cima del monte
De allí es originario el famoso insurgente: El Pípila y los mineros que formaron parte de la primera fuerza insurgente que llevó Mariano Jiménez para reforzar el ataque a la Alhóndiga de Granaditas el 28 de septiembre de 1810.
Fue siempre un pueblo minero desde que Juan de Rayas descubrió la beta de mineral en 1550, fue la primera mina de la ciudad, y, todavía en ese agujero antiguo y profundo, se extrae oro y plata desde la entraña del cerro.
En la cima del monte, sobresale de entre el caserío y la vegetación, el Templo de Nuestra Señora de la Merced de Mellado que primer fue erigido como capilla para los mineros, después entregado a la orden de los Mercedarios y luego se construyó un convento.
En uno de costados de la iglesia, sobre un inmenso muro, se encuentra una placa conmemorativa de azulejo: “En septiembre de 1810 El Pípila trabajaba de carretero en la mina de Mellado y vivía en este poblado del mismo nombre. Comisión Estatal de Celebraciones del 175 aniversario de la Independencia Nacional y 75 de la Revolución Mexicana”.
¿Quién era El Pípila?
El Pípila fue un minero, y su nombre era: Juan José de los Reyes Martínez Amaro. Era indio otomí y chichimeca, se decía que era un hombre fuerte y corpulento que atendió al llamado a la revolución independentista. Formó parte de los mineros que lucharon para combatir en Guanajuato tras las misivas de rendición que el cura Hidalgo envió al Intendente Riaño.
En la época de la colonia, los más pobres vivían en los alrededores, en la serranía, y Mellado está al borde entre la Sierra de Santa Rosa y la ciudad de Guanajuato, sobre cerros poblados de árboles de palo blancos, magueyes, huizaches, organillos y garambullos.
El apodo de El Pípila quedó grabado en los anales de la historia nacional al quemar la inmensa puerta de la Alhóndiga de Granaditas en la que se protegió Juan Antonio de Riaño, Intendente de Guanajuato, familias y militares españoles. El asedio finalizó y dio paso a una cruenta masacre.
Juan José de los Reyes Martínez (El Pípila) abrió el cerco que supuso la protección del viejo edificio virreinal que alguna vez sirvió como granero. Cargó en su espalda una pesada laja de cantera que arrancó de la calle, y de entre los tiros de los mosquetones de los soldados realistas, logró sobrevivir y prender fuego a la puerta que permitió la entrada del ejército insurgente.
Eduardo Vidaurri Aréchiga, Cronista de la Ciudad de Guanajuato: “Lo que no podemos afirmar es que él haya sido el único participe de la quema de la Alhóndiga, esa es una hazaña que se le atribuye a varios mineros, entre ellos Juan José de los Reyes Martínez Amaro”.
Mellado forma parte del Ruta de Independencia que lideró Miguel Hidalgo y Costilla, incluso en una parte del parque se encuentra una de las estelas que fueron situadas por orden de Adolfo López Mateos, presidente de México, en 1960.
En el pueblo de Mellado todavía recuerdan a El Pípila mas no se sabe si quedan descendientes suyos, solo queda la memoria de los mineros que iniciaron la Independencia de México.
