León, Guanajuato.- A mediodía, la lluvia fina no ahuyentó el ir y venir en Zona Piel. Entre cajas, hormas y suelas, recorrimos bodegas y locales frente a la Central de Autobuses para tomar el pulso del anuncio que agitó al gremio. Dos voces marcaron la ruta. Primero, un comerciante leonés que importa calzado desde 2020 con socios y proveedores en China: “Vendo entre 300 y 500 pares por semana. Trabajo con maquilas serias; el precio me permitió competir”, dice, con el teléfono sonando y un estante de tenis listos para embarcar. La noticia del nuevo arancel, admite, le cayó “como balde de agua fría”, pero confía en que sus márgenes le alcanzan para seguir: “Si sube el costo, me ajusto. El cliente quiere precio, pero también constancia”. Su inquietud mayor no es el porcentaje, sino la ejecución: cuándo, cómo y con qué rigor aduanero.
Al otro lado de la avenida, un fabricante con larga trayectoria en la zona ve el anuncio como respiro y advertencia. “Estoy contento… si se cumple. He perdido 25% y hasta 50% del margen desde que entró fuerte el calzado chino”, afirma entre el golpeteo de las máquinas y el olor a pegamento. Para él, el arancel es un piso parejo: “Prefiero que el importador absorba ese 25% a seguirlo perdiendo yo que pago nómina, cuero, suelas y mano de obra aquí”. Luego matiza con escepticismo aprendido: “En pasarela siempre prometen; veremos si no se queda en discurso de feria”.
El telón de fondo se montó unas horas antes en el Poliforum León, durante la inauguración de la edición 93 de SAPICA, el principal escaparate de la industria zapatera del país. Ahí, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunció un giro: prohibir la importación temporal de calzado terminado bajo IMMEX y fijar un arancel de al menos 25% al calzado que ingrese a México desde países sin acuerdo, como respuesta a años de subvaluación y competencia desleal denunciadas por el sector. “Ya basta y se acabó. No podrá ser importado a México calzado terminado que no pague impuestos. ¿Quieres importar? Paga los impuestos; el arancel será de al menos 25%”, dijo desde el estrado.
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El mensaje fue celebrado por autoridades y líderes empresariales en Guanajuato, quienes lo leyeron como un cierre de puerta a prácticas que, aseguran, erosionaron empleo y producción local. La Secretaría de Economía enmarcó el anuncio en un decreto que se publicaría en los próximos días y que busca salvaguardar alrededor de 130 mil empleos vinculados al sector. Reportes especializados añadieron que el arancel mínimo convivirá con mayor vigilancia aduanera para frenar el “contrabando técnico”.
Con el eco de SAPICA aún en la ciudad, la encrucijada real se juega lejos de la pasarela. Para el importador leonés, el mercado ya probó que el consumidor responde al precio y a la constancia del surtido; un alza de costos podría trasladarse parcialmente sin perder clientela, siempre que las reglas sean claras y aplicadas por igual. Para el fabricante, la clave es que la medida llegue íntegra al Diario Oficial y se haga cumplir en aduanas: sin esa pieza, dice, el diferencial de costos seguirá ahogando a talleres y plantas.
El clúster zapatero de León conoce los ciclos de promesas y anuncios. Esta vez, la tensión se palpa en los pasillos de Zona Piel: etiquetas, listas de precios y pedidos en pausa. Entre la esperanza de recuperar terreno y el temor a encarecer vitrinas, ambos empresarios apuntan al mismo punto ciego: tiempos, ejecución y fiscalización. Si el decreto se concreta y se vigila, puede ser un parteaguas; si se diluye, quedará como otra frase memorable de feria. Por ahora, León vuelve a ser el escenario donde moda, proveeduría y política industrial se cruzan… y la siguiente escena está en la aduana.
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