León.- La ciudad puede presumir de contar con hotelería de primer nivel, acorde con las demandas del turismo nacional e internacional, pero también está el otro extremo del negocio, para consumo prácticamente local. Si bien esta noble industria tiene muchos inversionistas comprometidos con la calidad, hay otros que dejaron de lado el servicio, el aseo y la atención.
De acuerdo con las experiencias de usuarios de moteles locales, lo que esperan es un buen trato; pedir que este sea cálido ya sería exageración, pues no van a que los consienta un tercero, pero sí al menos que se les atienda en lo básico, con rapidez y buena disposición.
Las principales críticas depositadas en las reseñas de Google para diferentes negocios de León ponen esa como la principal queja: las recepcionistas y recamareras atienden de mala gana y hasta de forma grosera. Eso probablemente lo ignoren los propietarios, pues de lo contrario ya habrían hecho el relevo de personal.
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Falta de aseo
También está un punto primordial: la higiene. Nadie espera regresar a casa luego de una tarde agradable en la habitación, llevando consigo una recién contraída micosis, por lo menos. Sábanas sucias y hasta ensangrentadas, cortinas mugrosas, bichos en los cuartos y baños faltos de higiene, también son denunciados en las reseñas.
Y qué decir de las instalaciones y servicios. De antemano se sabe que algo de precio económico (desde menos de 200 pesos) no será lujoso, pero no se espera que, con el pretexto de ser barato, un hospedaje no tenga toallas o papel sanitario... ni agua.
Y esta también es una queja recurrente en diferentes hoteles de pago por evento en la ciudad.
Baja calificación
Entre los moteles mal calificados están “La Cima”, del bulevar Mariano Escobedo. Acumula quejas por malas instalaciones, desaseo, atención deficiente y falta de toallas y papel. Es, de acuerdo con quienes han sido clientes, una mala experiencia.
El motel “Fabiola Inn”, antes llamado simplemente Fabiola, es otro que según los clientes tiene bajos estándares en sus instalaciones, y si acaso reconocen que hay buen servicio por parte del personal que atiende. Este se ubica en la salida a San Francisco del Rincón, sobre el bulevar Torres Landa.
Frente al “Fabiola” está el R&R, Retiro & Resort, con buenas instalaciones pero eventualmente se quedan sin agua caliente. La crítica más recurrente es el abuso de las trabajadoras del lugar, que para todo exigen propina.
Uno de los menos recomendables para quien sea, por ubicación, higiene, aspecto e instalaciones, es “La Joya” nombre que hace referencia a la zona donde se encuentra. No vaya. Basta ver la fachada:
"De 5 chinches"
Otro que, por ubicación, instalaciones, servicio e higiene está entre los peores de la ciudad es el “Río Escondido”. Está sobre el Timoteo Lozano muy cerca de la terminal del Optibus y junto al Río de los Gómez. Inseguro, sucio y con bichos. Los comentarios en Google tienen respuesta del propietario, siempre bromeando con las críticas y burlándose de los usuarios.
Giros complementarios
Están otros bastante malos como el Saint Michel en el bulevar Venustiano Carranza frente a la clínica del IMSS, o el Pinos en el bulevar Torres Landa, aunque estos dos son abiertamente de otro giro, con sexoservidoras trabajando a todas horas y donde vendedores de sustancias ilícitas suelen tener rentadas habitaciones por tiempo indefinido.
Uno que es excepción dentro de los hospedajes económicos es el antiguo Suites Nevada, en el bulevar Hidalgo. Lo único que se le critica en las reseñas es que las instalaciones son obsoletas, pero se le reconoce el brindar un servicio de calidad por parte del personal que ahí labora.
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