MIGRANTES GUANAJUATO

Beethoven, el perro migrante que cruzó México a bordo de La Bestia, recibe asilo en EU

Beethoven, el perro migrante de Venezuela por fin llegó a suelo estadounidense, ahora junto a su dueño busca un nuevo hogar

Tras largos días de viaje a bordo del tren conocido como  La Bestia, Jesús y Beethoven  han llegado a Estados Unidos
Tras largos días de viaje a bordo del tren conocido como La Bestia, Jesús y Beethoven han llegado a Estados UnidosCréditos: Fotografía: especial
Escrito en GUANAJUATO el

Irapuato-. Beethoven, el perro migrante que cruzó México a bordo de “La Bestia” recibió asilo en Estados Unidos, junto a su dueño, Jesús Rivas. En diciembre pasado salieron de Venezuela, cruzaron cuatro países antes de entrar a territorio mexicano por la frontera sur y de ahí avanzaron hasta el norte del país: a pie, de aventón, en autobús y, principalmente, en el techo de trenes de carga.

Jesús Rivas platica que abandonaron su país huyendo de una crisis económica. En el trayecto rumbo al sueño americano, enfrentaron violencia y abusos, aunque también vieron la solidaridad de ciudadanos de Guanajuato; ahora están listos para comenzar una nueva vida, con la barriga llena y sin sobresaltos. 

Su camino tuvo que detenerse en Irapuato, Guanajuato, debido a que los vagones de carga tuvieron que detenerse por la seguridad de los migrantes. La empresa Ferromex paró las locomotoras y Beethoven y Jesús tomaron unos días de descanso debajo del puente siglo XXI, a un costado de la vía del tren.

Beethoven descansa en un albergue, tiene que descansar en su jaula pues a los perros no se les permite estar sueltos

A través de un celular, Jesús platica a La Silla Rota que atravesaron, México, un país conocido por ser peligroso para los migrantes haitianos, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, y venezolanos. Les dijeron todo lo que les podía pasar aquí, les dijeron que podían asaltarlos y hasta secuestrarlos, pero la necesidad de Jesús y Beethoven era mayor que sus miedos.


Croquetas, un lujo en Venezuela 

 

El perro migrante se encuentra en la ciudad fronteriza de El Paso Texas

Allá en Venezuela, a Jesús no le alcanzaba ni si quiera para darle de comer a Beethoven. Juntos sufrieron el hambre y el abandono de su propio gobierno. Aquí en México no fue muy distinto. En su cruce por este país pasaron días sin comer y la intimidación de los oficiales de migración.


Beethoven un perro labrador que debería estar lleno de energía luce como un animal casando. En su pelo y su mirada se nota el pesar  de semanas de viaje al que se sumó para buscar mejores condiciones de vida. En Venezuela, su dueño gastaba lo equivalente a $250 pesos mexicanos por kilo de croquetas, algo impensable en la economía mexicana, pero una realidad en Venezuela.


Jesús no podía mantener a Beethoven, obtener cada kilo de croqueta era una empresa difícil. “La situación económica en Venezuela está demasiado estricta, un kilo de alimento nada más en donde yo vivo vale 10 dólares, son como 250 pesos mexicano”, compartió para La Silla Rota.


El colapso económico para Jesús y Beethoven fue insostenible. En agosto partieron. Primero cruzaron Colombia, Panamá, Costa Rica, Guatemala y México; después se adentraron en el Tapón del Darién, una peligrosa selva en la que cada año mueren migrantes al intentar cruzarla, pero ambos sobrevivieron al cauce de los ríos, a las colinas repletas de lodo con el riesgo de caer y quebrarse algún pie. 


Su paso por México: a Beethoven y Jesús nada los separó

 

Fue un largo viaje para Jesús y su perro, ahora buscan un nuevo hogar en Atlanta o en Detroit

Beethoven sobrevivió todo aquello por lo que era difícil pasar. Jesús dijo que no lo había podido hacer sin la ayuda de los demás, de sus hermanos venezolanos que estaban ahí para poder subir al perro al techo de los vagones de carga de La Bestia.
Una vez que llegaron a México recibieron la ayuda de unas mujeres originarias de Oaxaca le ayudaron en un parte del viaje en México, pero Jesús y Beethoven nunca se separaron. Juntos vivieron cosas que solo el perro y su dueño sabrán.


Fue un viaje extenso a bordo de La Bestia, red tranvías que cruza todo México para transportar mercancías hacia la frontera estadounidense y que también es utilizada por millones de migrantes año tras año. 


Jesús y Beethoven llegaron en tren hasta Ciudad Juárez, pasaron poco tiempo a las orillas del Río Bravo a la espera de poder cruzar, junto a ellos también había paisanos, y miles de familias provenientes de Sudamérica esperando a que se les dejara pasar. Ahí, frente a ellos, se alzaba un enorme muro con un recuadro con el número 36, la última parte de su viaje antes de ingresar. Cruzaron el Río Bravo el sábado 30 de septiembre. 


“Llegamos a Texas, estamos aquí en Texas, nosotros cruzamos el alambrado, el primero que está al lado del canal y el segundo que estaba a un metro y medio, pero pasamos los alambrados hasta tocar el muro de la frontera entramos por la puerta 36, a Beethoven se lo llevaron aparte, los protectores de animales, yo estuve tres días encerrado, hasta el día de ayer que me soltaron a las ocho de la mañana en migración”, narró Jesús Rivas quien ya está en Estados Unidos


De acuerdo a las autoridades fronterizas de Estados Unidos, se registraron 142,000 migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos en la primera quincena de septiembre, de acuerdo a información dada a conocer por el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Después de 3 días de encierro, Jesús buscó Beethoven por todos lados: “Empecé a movilizarme a buscarlo a él, a él gracias a Dios le dieron su licencia, le insertaron un microchip, lo vacunaron contra la rabia y bien está bien, gracias a Dios”, dijo aliviado.
Jesús compartió que todavía falta para llegar al final de su travesía, llegará a Georgia en el estado de Atlanta, allí lo espera su tío Joan Oropeza, hermano de su madre. Jesús por más difícil que fuera el camino siempre fue leal a su perro Beethoven.