Irapuato, Guanajuato-. Jesús decidió partir de Venezuela y dejarlo todo, menos a su perro Beethoven. Juntos emprendieron un viaje de cientos de kilómetros hacia los Estados Unidos. Ambos se han convertido en migrantes.
Dejaron Venezuela; atravesaron la peligrosa selva del Darién por Panamá; para Beethoven y Jesús Rivas, un joven venezolano que tuvo que irse de su país, porque la comida ya no les alcanzaba para él y su fiel perro. Ha sido un viaje que se ha hecho a pie, caminando juntos a la orilla de las autopistas; otras veces en autobuses, y como han podido, pero juntos siempre. Una travesía a bordo de la famosa ruta ferroviaria conocida como La Bestia.
Rivas anhelaba cruzar "al otro lado". Está ya cerca de cumplir su principal objetivo: cruzar junto a Beethoven y buscar una mejor vida para ambos. Un tío de parte de su madre lo espera en Georgia.
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Ferromex detuvo la marcha de los trenes que transportan diversas mercancías rumbo al norte de México. Según la empresa, el paro se debió a que se tenía que salvaguardar la se seguridad de los migrantes que utilizan los trenes de carga para llegar a la frontera.
Venezuela vive una emigración masiva debido al colapso de su economía, lo que ha provocado la salida de más de 7,7 millones de personas han salido de Venezuela que buscan protección y mejores condiciones de vida.
Más de 6.5 millones de personas han tenido recibimiento por países de América Latina y el Caribe. Más de 1 millón de solicitantes de asilo de Venezuela en el mundo. Más de 230,000 personas de Venezuela reconocidas como refugiadas. De acuerdo a información de El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), organismo de las Naciones Unidas.
El tranvía en el que viajaban Jesús y el perro migrante Beethoven paró en Irapuato, Guanajuato, los migrantes tomaron un descanso en el puente siglo XXI, a un costado de la vía. Ahí esperaron para abordar de nuevo La Bestia.
“De Irapuato nos vinimos a Torreón en un tren de boliche, traía pelotitas como que eran de hierro, con la ayuda de la gente, gracias a Dios, con la gente que está conmigo, ahora hemos subido a uno de piedra de arena, de granzó, bueno vamos llegamos a Ciudad Juárez, primero llegamos a Chihuahua y de ahí agarramos a Juárez” , dijo Jesús Rivas a La Silla Rota.
Después de haber esperado días los trenes rumbo al norte reanudaron el camino. Beethoven y su dueño, finalmente, se encaminaron a la última parte de su aventura. Primero: llegar a la ciudad de Torreón, de ahí hacía Ciudad Juárez en donde aguardan cruzar para ir a la Unión Americana.
Con pequeñas chabolas hechas con mantas y palos, los migrantes venezolanos se cubren del sol y de las inclemencias del tiempo cuando viajan por encima de los vagones de carga, ahí debajo de una pequeña sombra descansaron Beethoven y Jesús Rivas, desde Venezuela a lo largo de cientos de kilómetros que cruzan por todo de México, del sur al norte. Jesús carga con una bolsa de croquetas, además de sus platos metálicos para darle de comer.
A pesar de los riesgos que implica el largo trayecto para un humano, Jesús Rivas no dejó a su perro, se lo llevó y juntos habrán de llegar e iniciar otra parte de su vida ya en Estados Unidos, en el sueño americano.