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Beethoven: El perro que viaja con migrantes en La Bestia rumbo a EU

Recorre can más de 4 mil kilómetros desde Venezuela hasta Irapuato, Guanajuato; "no lo pude abandonar", dice su dueño

Jesús Rivas y su amigo labrador han caminado juntos miles de kilómetros
Jesús Rivas y su amigo labrador han caminado juntos miles de kilómetrosCréditos: La Silla Rota
Escrito en GUANAJUATO el

Irapuato.- Arriba de La Bestia viaja un perro labrador, como si fuera un ser humano, desde la Ciudad de México y hasta Guanajuato, sin papeles, rumbo al sueño americano. El perro se llama Beethoven. Y acompaña a su amo Jesús Rivas Oropeza, un comerciante venezolano que no tuvo corazón para abandonarlo.

“Me lo traje”, platicó Jesús Rivas, quien salió de Venezuela hace 20 días. “No lo podía dejar”.

El perro se ha portado bien. Se subió a una lancha en la selva, recorrió las montañas y se trepó a La Bestia en la Ciudad de México, como miles de venezolanos y guatemaltecos que viajan todos los días por el país.

México vive una crisis migratoria. Miles de sudamericanos y centroamericanos pasan en su ruta hacia el norte del país a la frontera con Estados Unidos, saturando los ferrocarriles. Todos los días entre 1,000 y 1,500 personas llegan a las estaciones del tren de Celaya y de Irapuato.

A Beethoven y a Jesús nada los va a separar

Jesús Rivas, de 26 años, vivía en Puerto Ayacucho, en el estado de Amazonas, en Venezuela. Jesús trabajaba de comerciante pero ya no le alcanzaba el dinero para vivir y no podía alimentar a Beethoven. Cada bolsa de croquetas le costaba 10 dólares. Así que Jesús tomó la decisión de irse a Estados Unidos y llevarse al perro.

“Pasé de Colombia a la selva del Darién, en Panamá no me quisieron traer los camiones, en Costa Rica tampoco, en Nicaragua, en Honduras, en Guatemala, y en México hasta Arriaga, hasta Chiapas hasta ahí nos trajeron”, explicó Jesús sobre cómo fue el viaje hasta terminar en Irapuato, debajo de un puente.

A un costado de las vías del tren, esperan a La Bestia, para seguir su ruta. Jesú cargará a Beethoven y lo sujetará en el trayecto para que no se caiga.  “Nunca jamás lo dejaría”, dijo Jesús, abrazando al perro.

Compartir agua, comida y abrigo mantienen unidos a Jesús y Beethoven

“Gracias a Dios conocí unas señoras en Oaxaca que están en Texas, me están echando la mano, me van a ayudar a pasarlo (a Beethoven), tampoco todo el mundo haría eso. Me siento alegre, porque voy viajando con él, no lo he dejado, hemos caminado, los camiones nos han traído”, expresó Jesús.

Jesús Rivas y su perro labrador han caminado juntos miles de kilómetros, cruzaron la mortal selva del Darién, abordaron el autobús y pidieron “raite”, pero jamás Beethoven y Jesús se han separado.

“Anoche nos venimos de Ciudad de México en el tren y llegamos aquí gracias a Dios con el apoyo de todos”, contó Jesús, en el campamento en donde una asociación les ha llevado de comer un plato de lentejas. “Me he encontrado personas buenas por el camino y quiero salir adelante y allá me espera mi tío él está en Georgia, en Atlanta, allá vamos a llegar con la bendición de Dios.

"Es un hermano de mi mamá, se llama Joan Oropeza”, contó Jesús Rivas. “Y vamos a llegar los dos. Los dos juntos”, recalcó.

La familia completa dejó Caracas

Yana era agente aduanal y Alexandra laboraba como contadora en Venezuela, pero el dinero ya no les alcanzaba para nada. Así que juntas hicieron el plan para sacar del país a la familia Álvarez completa en un viaje sin retorno: hermanos, tías, sobrinos y primos, emprendieron un viaje juntos, persiguiendo el futuro.

Una familia completa de 20 miembros, incluidos tres niños, andan en la caravana del migrante.

“Ya no te alcanza la plata”, expresó triste Yana. “No queríamos dejar a nadie. Todos nos salimos”.

Extorsiones, abusos y asaltos aguanta la familia Álvarez con el sueño de cruzar la frontera. 

La familia Álvarez ya pasó uno de los tramos más peligrosos de la ruta migratoria: cruzar la selva del Darién. Ahora su siguiente reto es cruzar México, el país más grande antes de intentar llegar a Estados Unidos, pero están varadas juntos su familia y amigos en Irapuato. El paso por México ha sido complicado.

“Lo que queremos es dar el paso hacia el sueño de nosotros, en México no nos hacen el favor, que uno lo pueda pagar y salir de aquí, no queremos nada regalado”, dijo Yana.

En cada país rumbo a los Estados Unidos los migrantes son extorsionados, los despojan de su dinero, pero en México la situación empeora, viven el constante acoso de los agentes de Migración, afirman. 

“Sí te contara, tantas experiencias, salimos de nuestro país con un sueño, pero qué sueñito, la selva, los ríos, las piedras, mucho peligro, muy fuerte y en cada país las extorsiones”, detalló Yana.

Salieron de Venezuela el 20 de agosto y llegaron a la ciudad de Cúcuta y de allí hasta Medellín, luego tomaron el camino hacia Panamá y cruzar el gran bosque tropical del Darién.

“Es húmeda, si se queda uno sin agua agarra agua de la quebrada, pero te puede dar diarrea, después cruzas Panamá, Costa Rica. En Guatemala hay que pagarles a los agentes para poder transitar”, dijo Alexandra

Alexandra narró a La Silla Rota que en Ciudad de México tuvieron que huir de los agentes de migración mexicanos: “Tuvimos que agarrar un taxi para que no nos agarraran”, contó. 

“México es el país más grande y nos han tratado como si fuéramos unos delincuentes, lo que queremos es irnos de aquí estamos atascados, no nos ayudan, queremos llegar a California”, dijo Yana.

La familia espera llegar a la ciudad de Torreón en Coahuila

Alexandra buscó la manera de conseguir pasaje de autobús y por ser migrante, los choferes se aprovechan de la situación y cobran hasta los 3,000 pesos por pasaje: “El problema es que nos agarre migración, y puede ser que nos devuelvan o nos quiten más dinero, no sabemos ni que hacer”, dijo.

Felipe pide a México un canal humanitario

El publicista Felipe Garcés tenía su propia empresa de relaciones públicas en el estado de Zulia en Venezuela. Pero el país está en bancarrota, y él tuvo que dejar a sus dos hijos, para buscar una mejor vida.

“En Zulia, la parte más bonita de Venezuela, tenía mi propia empresa de servicios educativos, adiestrando profesionales en diferentes ámbitos”, explicó Garcés, sentado en un durmiente del ferrocarril.

Varado en Irapuato con miles de migrantes, Felipe le envá un mensaje a AMLO

Felipe Garcés tuvo que pagar una mordida a un agente migratorio mexicano para que lo dejara ir. “Me subí al autobús, pagué 1,000 pesos y 15 minutos después agentes de migración me bajaron y tuve que caminar. Quedé con los pies desechos”, dijo.

“Estamos en México solo de paso, solo queremos pedirle al presidente López Obrador que habilite un canal humanitario para que nosotros podamos llegar a la frontera tomando en cuenta los derechos humanos. Cualquier ser vivo en este planeta tierra tiene derechos”, dijo Felipe. 

Los migrantes venezolanos se sienten amenazados por el crimen organizado y por el Instituto Nacional de Migración, ambos piden dinero para seguir su camino. 

Felipe Garcés pide a las autoridades dejar de cometer abusos: “Que estos uniformes para los que ellos se han esforzado por obtener, es para garantizar y salvaguardar a la ciudadanía. Se les pide por favor que no sigan abusando del migrante, que por favor no nos hagan esto, que tengan un poco de misericordia que a todos nos llega el día”, dijo.

Antes del mediodía, los migrantes venezolanos lograron subir a La Bestia. A las 7:00 de la tarde estaban a punto de llegar a la ciudad de Torreón. Ellos mandaron a La Silla Rota un video de lo que veían sus ojos en ese momento.

Aquí el video:

PR