OPINIÓN

La prostitución del voto; ¿quién da más?

Los electores quieren todo regalado. El que me ofrezca más, tiene mi voto. Becas, apoyos, pensiones, depósitos, tarjetas.Todo lo que sea regalado, bienvenido

Escrito en GUANAJUATO el

Los electores quieren dinero. Esta elección es de varo. De billete. De plata. De becas. De pensiones. Así se ha visto en los arranques de campaña.

Cuando Xóchitl Gálvez dijo que daría pensión desde los 60 años, la gente aplaudió alegremente. Cuando Claudia Sheimbaum dijo que daría un apoyo a las mujeres de 60 a 64 años, hubo festejo.

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Los electores quieren todo regalado. El que me ofrezca más, tiene mi voto. Becas, apoyos, pensiones, depósitos, tarjetas.
Todo lo que sea regalado, bienvenido.

Libia Dennise García anunció la tarjeta rosa universal y los guanajuatenses casi hacen fiesta. Después Alma Alcaraz dijo que daría 3 mil pesos bimestrales a todas las mujeres y la gente celebró. Estas campañas están sustentadas en ofrecer los bonos más jugosos y atractivos. 

Se está prostituyendo el voto en México. Así como se oye: el voto se va con quien pague mejor. El PRI, por ejemplo, en un intento despesperado, está ofreciendo regalar 120 mil pesos a los jóvenes.

Como nunca el voto tiene un precio. Pero ya no es como antes cuando el PRI daba 500 pesos por voto en las comunidades. O como cuando repartían una pepsicola y un paquete de galletas por el voto.

Ahora la gente quiere becas, apoyos, dádivas, tarjetas. El ejercicio democrático se está convirtiendo en una compra de votos.

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Todo empezó cuando Andrés Manuel López Obrador comenzó a regalar dinero a los adultos mayores. Todos las estrategias serias de combate a la pobreza del mundo establecen que no es la forma correcta de ayudar a las personas, pero eso qué importa.

El programa que regale dinero permite ganar votos, y eso es lo que vale. Comprar votos. Ganar simpatías. Pagar para que me quieran.

En eso se ha convertido la democracia en México. En estas campañas, los aspirantes están promoviendo dinero gratis por aquí y por allá, y la gente está feliz. A nadie le importa si las finanzas del Gobierno Federal lo permiten o si la economía puede con eso.

Eso vale cacahuate. Lo único que vale es la dádiva. La pensión. El cheque. El bono. El regalo. La tarjeta. El varo. El billete. La beca. El apoyo. La plata, no importa que el país esté hecho pedazos. ¿Quién da más?