Mientras el país entero se debate con las increíbles historias del actual gobierno federal, respecto a su terrible negligencia con lo acontecido en el bello y emblemático puerto de Acapulco. Con el paso de los días nos vamos enterando de boca del propio Presidente de México, su irresponsable actuación al no avisar a los guerrerenses y concretamente a las familias de Acapulco, el tremendo paso del huracán Otis.
Sin lugar a duda, los efectos del fenómeno meteorológico se hubieran desvanecido si el gobierno de México y sus funcionarios hubieran tomado otra actitud, previendo los efectos de Otis. No fue así, ya que el mandatario consideró, simplemente, que no hacía falta en avisar a los habitantes del estado de Guerrero. ¿Para qué?
Está semana el cínico e irresponsable presidente, declaró que “pensó enviar un Twitter, diciendo que estaba cañón el huracán”.
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Como si toda esta tragedia fuera poca, un nuevo escándalo aflora en el escenario nacional aunque el asunto sea de índole local. Por su implicación dibuja aún más de lo que son capaces las autoridades de la 4T. Ha tenido que ser el prestigiado diario estadounidense The New York Times quien revelara que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México exigió a la compañía telefónica Telcel registros telefónicos de una aspirante presidencial y tres alcaldes de la capital, entre otros.
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El rotativo estadounidense revisó expedientes judiciales y localizó que la Fiscalía reclamó a Telcel, la más grande empresa de telecomunicaciones de nuestro país, que le entregara los registros telefónicos y de mensajes de texto, además de geolocalizaciones de más funcionarios y políticos mexicanos, incluyendo a la precandidata presidencial Lilly Téllez y el alcalde de Benito Juárez en la CDMX.
Estas escuchas o espionaje, desde 2021 y hasta principios del presente año, incluyó a funcionarios de la 4T. La investigación del Times tiene que ver con documentación que la Fiscalía alegó que requería esa información por supuestas investigaciones de secuestros y desapariciones. Como era de esperar, la Fiscalía de la CDMX negó rotundamente dichas actividades. Sin embargo, un juez federal reconoció que el año pasado la Fiscalía solicitó a Telcel los registros.
Todo este tema ha pasado un tanto inadvertido, derivado de que el país entero está volcado con las víctimas del huracán Otis y el morboso proceso de candidatos a contender por los 9 estados a disputarse en 2024. Ahora que se han definido las candidaturas antes mencionadas y, sobre todo, el “palo” que ha supuesto para Claudia Sheinbaum, que no haya salido victorioso su delfín en la CDMX, seguro se diluirá aún más el escándalo de las escuchas.
Una promesa más no cumplida por AMLO, que entre el rosario de compromisos que ofreció a los mexicanos, dijo que en su gobierno nadie sería espiado como lo hacían los otros gobiernos. Un ejemplo de malas prácticas que pueden escalar en todo el país, sobre todo, que una vez que se ha hecho en la CDMX, en provincia es más factible.
México no puede seguir siendo rehén de nefastos políticos que creen que pueden hacer todo lo que venga en gana, sin respetar los principios mínimos del derecho y de la ética. Está en nuestras manos que MORENA y sus fanáticos funcionarios se vayan para siempre en el 2024.
¿No cree usted?
Dr. Carlos Díaz Abrego