SERIE LAS MUERTAS

La casa de Las Poquianchis es ahora una taquería en León: Las Muertas de Netflix

Era una casa de citas. Había prostitución y asesinatos. Pero ahora las nuevas dueñas venden tacos y gorditas, en la colonia Obrera, en León

Créditos: La Silla Rota
Por
Escrito en GUANAJUATO el

La casa del horror es ahora una taquería.

La finca de Las Poquianchis, en León, es actualmente un negocio y un hogar católico. En una repisa, hay una Virgen de Guadalupe, con flores. En la pared, hay un cuadro de La Última Cena. Ya no hay rastro de la vieja casa de citas y bar clandestino, en donde había prostitución y muerte en los años sesenta. “Aquí somos católicos”, dijo la nueva dueña, cuyo padre compró esta casa hace 50 años, cuando Las Poquianchis ya estaban en la cárcel.

Loading…

En la entrada de la casa hay una taquería que funciona los fines de semana. Hay tacos, gorditas y quesadillas, de bistec, de chorizo y de guisado. El negocio está muy aclientado en la colonia. En realidad la casa de citas de Las Muertas -de la serie de moda de Netflix-, ya sólo existe en la memoria de los adultos que la conocieron cuando era un prostíbulo.

“La gente me pregunta que si aquí asustan, pero no. Aquí no se aparecen muertas, ni nada. Es un hogar católico y ya no existe nada de Las Poquianchis”, dijo la propietaria, quien no permite fotografías.

La casa de Las Muertas tiene una historia oscura, pero las dueñas no tienen ningún interés en recordarla. “No queremos publicidad. Esta es una casa de familia. Sí sabemos que aquí fue un bar de Las Poquianchis, pero eso fue en 1962, imagínese”, platicó la señora mientras atendía a los clientes en la taquería. “Aquí vinieron los de Netflix. Y querían grabar la serie. Pero no se los permitimos”, dijo.

La vieja casa de Las Muertas es una taquería en la sala principal, con mesas austeras y sillas metálicas. En un pasillo, hay unos baños públicos para los clientes del tianguis de La Línea de Fuego -que se instala por ahí los fines de semana-, y en la parte de atrás hay un estacionamiento grande para 8 o 9 vehículos. Las dueñas cobran por el uso de los baños y por el estacionamiento todos los domingos, cuando se pone el tianguis de La Línea de Fuego.

La casona de Las Poquianchis está localizada en la esquina de la calle Bolivia y la Sonora, en la colonia Obrera. Es una casa de dos pisos, con patios y pasillos. En la planta alta, vive la familia, y en la planta baja, son los tres negocios: la taquería, los baños púbicos y el estacionamiento. Es una casa de casi 500 metros, donde se cuentan historias de mujeres que eran obligadas a prostituirse hace 60 años.

“Yo vivo por ahí y no sabía que era la casa de Las Poquianchis”, dijo una señora del rumbo. Y es que en realidad los vecinos que sabían la historia, ya han muerto casi todos, o ya no viven por la zona. “Ya no queda nadie de esa época”, dijo la propietaria.

La historia de Las Poquianchis sacudió a la sociedad mexicana en los años sesenta, por la crueldad de tres hermanas que operaban casas de prostitución en León, en Celaya y en San Francisco del Rincón. Una de las casas clandestinas era esta de la colonia Obrera, a donde llegaban políticos, policías y empresarios a pasar noches desenfrenadas de alcohol y prostitución. El escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia escribió una novela sobre la historia y ahora el cineasta Luis Estrada ha filmado una serie para la plataforma Netflix, en escenarios de Guanajuato y con actores extras de Guanajuato. Las Poquianchis, otra vez, como hace 60 años, tristemente, están de moda.

JP

SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE LA SILLA ROTA GUANAJUATO: EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO