León, Guanajuato.- Mientras Rey Karlos recordaba Torres Landa, “cerca de la Pulga”: “salieron dos vatos con filero… atrás venía una patrulla… me subieron y ellos mismos me robaron; todavía me llevaron a Camelinas”, Juan Romero vivía un caso en la misma zona: “yo iba en bicicleta… me agarraron en el semáforo del Malecón… una patrulla de Tránsito justo frente y nunca hicieron nada”. Rey apuntó: “la Pulga… era el terror nocturno”; Juan precisó la hora: “sábado a las 2 de la tarde”.
En otra línea, Mario Amoro fue al grano: “en León y en Silao varias veces; la última con un cuchillo en el cuello”. Javier Navarro Aguilar ubicó su escena en Brisas del Pedregal: “a mí sí me la pel… se fue todo p… el cholo cagado”.
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Lo de Mario es una prueba de como la sociedad leonesa ha aprendido a sobrevivir.
Por otro lado de la ciudad, mientras Norma L. Hernández estacionaba “entre Delta y bulevar del Aeropuerto” y perdía su camioneta —“de ahí se la llevaron”—, Bruno Soto le soltó una receta retro: “en AutoZone venden bastones para el volante… de los 80 y 90”. Pablo Ruiz insistió: “instalar un GPS es lo mejor para estos casos… puedo enviarte uno… gratis”; Norma contestó: “muchas, gracias”.
En el tono de contracanto, Juan Carlos Carranza ironizó: “y dice Libia y Alejandra Gutiérrez que somos una ciudad segura”, mientras Gian Nabarro advertía: “no les des ideas… lo toman como logros”.
Desde Dallas, el mismo Pablo Ruiz soltó un golpe al estómago: “fui a León… los que me asaltaron fueron los mismos polis… muy triste mi ciudad… regresaré en camión”. En la acera de enfrente, Rolando Alighieri narró: “se bajó un chico de un taxi y me sacó una navaja… me jaló del portafolios… el taxi me arrastró media calle… mis vecinos tragando quesadillas y nadie hizo nada”.
La violencia también tuvo respuesta violenta. Samur EM contó lo que siguió al asalto a su “chalan” en Valle de Señora: “lo encontramos… le dimos una santa madrina… le quebramos las dos manos… queríamos darle un balazo pero nos meteríamos en más pedos”.
Mientras en Valtierra e Hilario Medina Óscar Arredondo decía: “dos tipos con cuchillo… lo bueno que pasó una patrulla y me dieron apoyo”, Shihtzu de Hernández pintaba el reverso en el mismo punto: “me quitaron la bicicleta… un vato con machete y el otro con cuchillo”. En Pedro Moreno (Centro), Fernando Fredd Martínez halló “el carro abierto: se llevaron el estéreo, pertenencias… desconectaron la alarma y dañaron la puerta”. En el transporte, Tutti Sandoval sumó: “hoy, en la base Delta de la Oruga, a una amiga le robaron el celular; una chava y un señor, coludidos”. Y Erik Hernández cerró con ironía fiscal: “se me olvidó pagar el refrendo… este año me están asaltando con multas y recargos; el artículo 14 prohíbe efecto retroactivo”.
Todos los testimonios citados provienen de publicaciones y comentarios realizados por sus autores en sus perfiles públicos de Facebook, en respuesta a la pregunta difundida por un reportero de La Silla Rota Guanajuato.
Contexto frío, pero necesario. El informe municipal de incidencia delictiva muestra 26,470 carpetas de investigación acumuladas en León al primer semestre de 2025, un +7.44% frente al mismo periodo de 2024. El documento desglosa variaciones por delito (robo a vehículo, robo a negocio, extorsión, violencia familiar, entre otros), y confirma que los robos patrimoniales siguen como presión constante en vialidades y zonas comerciales. Son cifras elaboradas con datos del SESNSP por el Secretariado Ejecutivo Estatal.
No es una estadística: es un coro. Torres Landa y la Pulga; Delta y el Aeropuerto; Valtierra e Hilario Medina; Pedro Moreno; la base Delta del SIT. Cuchillos, taxis, patrullas que ayudan… y patrullas que fallan. Bastones de volante, GPS, rutas más seguras, denuncia y seguimiento vecinal aparecen como reflejo inmediato. La ciudad ya marcó el mapa con su propia voz. Toca que las políticas públicas —con datos abiertos, patrullaje eficaz y control interno— lo recorran de verdad.
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