Colgado del techo, suspendido en un aro naranja como si se tratara de una pieza de arte moderno, un gigantesco calzón rojo domina la atención de todo el que entra al local de la Calle Ignacio Comonfort 117, en el Centro de León, Guanajuato. Es imposible no voltear a verlo. Imposible no reír.
Cuesta apenas 120 pesos y, según sus vendedoras, es el calzón más grande a la venta en toda la ciudad. Un objeto que, más allá de su función textil, se ha convertido en símbolo de humor, ocurrencia y tradición popular.
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—La mayoría lo compra para hacerle una broma a un amigo, para un intercambio chusco, o simplemente para sacarle una sonrisa a alguien —dice entre risas una de las encargadas del negocio, mientras acomoda camisetas lisas que también ofrecen para impresión.
Este tramo de la calle Comonfort es conocido por su diversidad de productos: papelerías, tiendas de disfraces, artículos para fiestas, ropa para sublimar y una infinidad de baratijas. Es una zona donde la creatividad se mezcla con el ingenio comercial, y este calzón gigante es prueba viviente de ello.
¿Quién usaría un calzón así?
Esa es la pregunta que todos se hacen al verlo. Y aunque algunos se aventuran a creer que sí cabría una persona dentro —quizá con algo de esfuerzo o espíritu festivo—, la verdad es que no está pensado para usarse, sino para provocar.
No es raro que los clientes se tomen fotos, lo levanten, lo midan contra su cuerpo y suelten una carcajada. Lo compran para despedidas de soltero, intercambios navideños, fiestas patronales, o simplemente como decoración absurda para una reunión.
Un color que lo dice todo
El rojo no es casualidad. En la cultura popular mexicana, regalar o usar calzones rojos en Año Nuevo es sinónimo de atraer el amor. Quienes creen en esta tradición aseguran que el rojo es pasión, energía, romance.
Y si un calzón rojo convencional ya es un ritual, uno de tamaño monumental podría, en teoría, atraer una avalancha de amor. O al menos, una buena racha de carcajadas.
Récords y rarezas
Aunque no hay un registro oficial en México sobre el calzón más grande del país, el Récord Guinness del calzón más grande del mundo lo tiene un modelo fabricado en el Reino Unido por la marca de ropa Big Bloomers, con una medida de más de 16 metros de cintura. Este, claro, no es tan grande, pero sí lo suficiente para ser una rareza regional.
En León, es toda una atracción. Quienes lo han comprado aseguran que la broma vale cada peso. Y quienes sólo lo ven colgado desde el techo, simplemente no pueden evitar detenerse, apuntarlo con el dedo, sacar el celular y tomar una foto.
Una prenda que no pasa desapercibida
En una ciudad donde la ropa es negocio, identidad y tradición —no olvidemos que León es la capital del cuero y el calzado—, este calzón gigante destaca por su simpleza absurda. No pretende ser útil. Sólo divertido.
Y lo logra.
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