León, Guanajuato.- En la calle Emiliano Zapata 127, justo en el Centro Histórico de León, sobrevive una de las joyas más antiguas del comercio local: la Óptica Leonesa. Fundada en 1923, este negocio familiar ha resistido revoluciones urbanas, crisis económicas, cambios generacionales y el imparable avance de las cadenas globales. Hoy, sin embargo, enfrenta su mayor reto: no desaparecer en el olvido.
Gracias a los bajos costos que manejan las grandes cadenas como "Ben & Frank", Costco, Sams y Salud Digna, la competencia ha sido muy dura para este negocio, según los informes de Víctor, el dueño de la óptica.
Víctor González del Castillo Castelazo, de 68 años, es el rostro actual detrás del mostrador. Nieto del fundador, pertenece a la tercera generación que ha sostenido esta óptica a lo largo de más de un siglo. Con voz pausada y mirada firme, recuerda con cariño los días en que la óptica operaba desde los emblemáticos portales del Centro: “Estuvimos 47 años en el Portal Guerrero, a una cuadra de la plaza principal. En 1981 vendieron el local y tuvimos que cambiarnos. Aquí seguimos desde entonces”.
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La Óptica Leonesa fue, posiblemente, la primera en toda la ciudad. Y aunque el dato no está registrado con certeza, sus vitrinas antiguas, las recetas manuscritas y los lentes que parecen reliquias lo confirman: aquí hay historia viva. No es solo un lugar para hacerse exámenes de la vista. Es un museo en funcionamiento. Un testimonio de lo que León fue y aún quiere conservar.
Pese al paso del tiempo y la llegada de cadenas ópticas internacionales con publicidad masiva y precios inflados, Víctor ha mantenido su propuesta sencilla: calidad, cercanía y precios justos. “Tengo lentes completos desde 200 pesos”, dice con orgullo. “Ya depende del bifocal que quieran, si se oscurecen, si es progresivo… hay muchas opciones. Pero con 200 pesos ya te llevas algo bueno”.
Miles de personas han pasado por sus manos. Algunas buscando graduación; otras, lentes para computadora o protección solar. “Han sido bendiciones”, dice. “Y aunque no todos compran, muchos regresan. Aquí navegamos por la vida, como todos”.
Pero esa navegación hoy se tambalea. La clientela ha disminuido, las rentas suben, y la cultura del consumo rápido y en línea ha relegado a los negocios como este a los márgenes. La Óptica Leonesa no solo necesita clientes. Necesita aliados. Necesita ser reconocida como patrimonio comercial vivo de León.
Víctor no lanza reproches: “Los que van a empresas grandes tienen su derecho. Hacen su labor, y qué bueno. Solo pido que no nos abandonen a nosotros. Aquí seguimos con el mismo corazón de siempre”.
Salvar la Óptica Leonesa no es solo comprar unos lentes. Es apostar por la memoria colectiva, por el comercio justo, por la ciudad que aún tiene alma en sus calles.
Visítalos en Emiliano Zapata #127, Zona Centro de León, Guanajuato. Apoya a una óptica con más de 100 años de servicio.
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