Guanajuato.- Se acercan las vacaciones de Semana Santa, por lo que para los leoneses es tiempo de agendar un visita de esparcimiento familiar en algún balneario local, para aprovechar la temporada de calor y horrarse el dinero del viaje a la playa o alguna de los muchos balnearios de municipios cercanos.
Sin embargo, al momento de la planeación, llega el recuerdo de algunos sitios donde acostumbraban aprovechar para refrescarse, nadar y pasar un rato de diversión en los sitios que ya no existen.
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“La playa” en la Presa del Palote
No era un balneario como tal, pero fue uno de los lugares más concurridos durante el periodo vacacional que se aproxima, ya que era una “playita” que se formaba en las orillas de la Presa del Palote, antes de que “se cerrara” para dar paso al Parque Metropolitano.
No había restricciones, no se pagaba por el acceso y muchos leoneses, de todas las edades, lucían sus trajes de baño, llevaban sus tortas, sándwiches y tortillas para hacer rellenarlos de queso, jamón o sardinas que llevaban enlatadas, improvisando pequeños campamentos para consumir sus alimentos y hasta parrillas para asar carne de res o hasta de pescado recién sacado de la presa por personas que los sacaban para venderlos a los “turistas leoneses”.
El Trébol o Los Toboganes
También, muchos leoneses se acordarán del balneario El Trébol, conocido posteriormente como Los Toboganes, porque llegaron con esa moda a León, el cual estuvo ubicado en lo que es hoy la estación de transferencia del Sistema Integral de Transporte (SIT) de Timoteo Lozano.
Al principio era sólo una alberca ubicada a las afueras de la ciudad y posteriormente se construyó el balneario, con sus vestidores y baños de vapor, una palapa para protegerse del Sol y le colocaron una puerta de acceso.
El Balneario "El Trébol" fue uno de los más antiguos de León y era muy popular en los años 80 y 90.
Balneario Echeveste
Otro de los lugares en León que hace 6 años empezaba a ser propicio para la diversión y el esparcimiento de los leoneses fue el Balneario Echeveste, del que sólo quedaron las ruinas.
Ubicado entre la calle Vía Toscana y el bulevar Miguel Hidalgo, entre las colonias Nuevo León y Hacienda Echeveste, el balneario empezó a funcionar con éxito en el 2019, poco antes de la llegada en 2020 de la pandemia de Covid-19, y posteriormente sus albercas y áreas recreativas quedaron olvidadas y destruidas.
Se trataba de un punto de reunión de los leoneses durante los fines de semana y funcionó por alrededor de un año, cuando empezó a deteriorarse por falta de mantenimiento, para finalmente quedar en desuso debido al encierro de la población durante la pandemia.
Sólo quedaron los “vestigios” de lo fueran los baños, asadores, una alberca principal y 5 adicionales, y un jacuzzi, y sus áreas de esparcimiento quedaron convertidas en un lote baldío.
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