León, Guanajuato.- Al adentrarnos en la emblemática mansión de los Pons, ubicada en la Calzada de los Héroes de León, nos recibe una atmósfera que mezcla majestuosidad y abandono. Las puertas principales, desprovistas de candados, se abren con facilidad, invitándonos a explorar sus entrañas. El camino de baldosa que conduce a la entrada principal está casi oculto por altos matorrales que han reclamado su espacio con el paso del tiempo.

Al cruzar el umbral, los materiales de alta calidad que conforman la estructura aún destacan, testigos mudos de una época de esplendor. Sin embargo, el grafiti y las intervenciones artísticas urbanas se han convertido en los nuevos ocupantes de este espacio.

Las paredes, algunas revestidas con mármol negro italiano, presentan secciones rotas y otras de las cuales se han sustraído fragmentos, evidenciando actos de vandalismo y saqueo. En el suelo, cubierto de una fina capa de tierra, se observan huellas de tenis Vans y Air Force One, así como latas vacías de aerosol esparcidas por doquier.
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La amplitud de la mansión es impresionante: más de diez habitaciones, largos pasillos y numerosos baños conforman un laberinto arquitectónico. Una chimenea, con marcas de carbón, sugiere que fue utilizada hace mucho tiempo, añadiendo un toque nostálgico al ambiente. Los grandes ventanales permiten que la luz natural inunde los espacios, creando un contraste entre la belleza arquitectónica y el evidente deterioro.
Esta residencia fue en su momento propiedad de Pedro Pons, un empresario de origen francés que fundó “Las Fábricas de Francia” en León. Su contribución al desarrollo económico y social de la ciudad fue muy importante, y la mansión se erigió como símbolo de su éxito. Posteriormente, la propiedad fue vendida a Virginia Frausto de Borja, quien, al no poder hacerse cargo de ella, la dejó en el estado de abandono en que se encuentra actualmente. Sus hijos son los actuales propietarios.
Construida en arquitectura con estilo funcionalista, la mansión se caracteriza por su diseño moderno y elegante. Un experto en arquitectura leonesa describe la casa como “un gran prisma de volumen alargado, donde de manera asimétrica se contrastan superficies cerradas recubiertas de placas de cantera con un diseño geométrico irregular”. La entrada está cubierta por una marquesina, y otras partes presentan aplanados blancos con grandes ventanas que permiten apreciar el amplio jardín que la rodea.
A pesar de su esplendor original, la mansión ha estado deshabitada durante años, mostrando signos evidentes de abandono y deterioro. El jardín ha sido invadido por la maleza, y algunas áreas presentan grafitis y vandalismo. Sin embargo, la estructura permanece en pie e íntegra, resistiendo el paso del tiempo.
La familia Pons, originaria de Barcelonette, Francia, emigró a México a finales del siglo XIX. José Pons Barales, patriarca de la familia, se estableció en León y, junto con su hermano Luis, fundó “Las Fábricas de Francia”, una tienda de ropa importada que alcanzó gran prestigio en la región. Además de sus contribuciones comerciales, la familia participó en la fundación de instituciones locales como la Cruz Roja, el Instituto Lux y el equipo de fútbol León.
Hoy en día, la mansión de los Pons permanece como un símbolo de la historia y el desarrollo de León, esperando una oportunidad para ser restaurada y preservada para las futuras generaciones. Su estado actual es un recordatorio de la impermanencia y del constante cambio que experimentan las ciudades y sus edificaciones emblemáticas.
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