León.- Un perro muerto puede ser un foco de infección y representar un riesgo para la salud pública y el medio ambiente, por lo que, de darse el caso, deberá hacerse un reporte a las autoridades locales para que se encarguen de recogerlo en la brevedad posible.
Sin embargo, tal recomendación no ha sido atendida ni por vecinos ni por automovilistas, ya que el cadáver de un perro se encuentra en la parte que divide los carriles de la carretera que va de León a Silao, cerca del entronque con la vía a Santa Ana del Conde.
Según vecinos, el can ya tiene 8 días en el lugar donde fue embestido por un vehículo, por lo que el olor que despide es insoportable y, al parecer, señalan que ya alguien hizo el reporte a las autoridades (Sin estar seguros), para que lo levantaran y todavía permanece en el lugar.
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¿Dónde reportarlo?
Cuando se encuentra a un animal muerto en la vía pública, se debe hacer el reporte a las autoridades locales de salud o control animal, donde se tienen protocolos establecidos para la recolección y disposición segura de los cadáveres.
En León, el encargado de recoger perros (Y otros animales) muertos en la vía pública es el Sístema Integral de Aseo Púbico (SIAP) a través del Servicio Exprés, un programa gratuito para atender reportes de residuos voluminosos y animales fallecidos. Para solicitarlo, se debe llamar al 072 o al 477 194 2600, o reportar vía redes sociales (@AseoPúblicoLeón).
Se aconseja no intentar mover o retirar el animal para evitar riesgos sanitarios y facilitar la labor del SIAP.
El SIAP cuenta con cuadrillas especiales para atender estos reportes, brindando un servicio gratuito a los ciudadanos para evitar focos de infección y mejorar la imagen urbana.
Los riesgos
A medida que el cuerpo del animal se descompone, las bacterias y otros patógenos que normalmente estaban contenidos dentro de su organismo pueden liberarse al medio ambiente.
Estos patógenos incluyen bacterias que pueden causar problemas gastrointestinales, respiratorios e incluso insuficiencia renal en humanos si se exponen a ellas.
El cadáver también puede atraer insectos y otros animales (vectores) que pueden propagar enfermedades y ectoparásitos a personas y otras mascotas.
Y dependiendo de la causa de la muerte del perro, podría propiciar enfermedades zoonóticas (transmisibles de animales a humanos).
