GASTRONOMÍA

Estos son los helados de "Don Nico" el activista baleado de Salvatierra

Entre chamoy, guanábana y pizza, Helados Nico no solo revolucionó el sabor en Salvatierra: nació del sueño de un activista que convirtió la nieve en un acto de amor por su gente

Helados Don Nico de Salvatierra
Helados Don Nico de Salvatierra.Helados Don Nico de SalvatierraCréditos: Facebook: Helados Nico
Escrito en GUANAJUATO el

En Salvatierra, Guanajuato, pocas figuras son tan queridas como la de Don Nico, el activista y empresario que ha logrado combinar su compromiso social con una creatividad desbordante en los negocios. Su cadena de heladerías, Helados Nico, se convirtió en un punto de encuentro para la comunidad, un símbolo del ingenio local y del trabajo bien hecho.

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Bajo la imagen de un simpático pingüino con gorro de chef, Helados Nico ofrece una experiencia diferente: nieves artesanales que mezclan sabores tradicionales con combinaciones poco convencionales, donde lo dulce y lo salado se dan la mano. Entre las favoritas del público están la nieve de guanábana con tequila, la piña colada con garambullo, o los clásicos reinventados con chamoy, barquillos y dulces enchilados.

Lo que comenzó como una nevería modesta se transformó en una cadena bien estructurada que hoy cuenta con varias sucursales:

Calle Deportiva #100, frente al campo de fútbol en Uriangato.

Calle Vasco de Quiroga #78, en Urireo.

Calle Juárez #40, en San Miguel Eménguaro.

Cada establecimiento refleja la visión de Don Nico:

Espacios limpios, coloridos, atendidos por personal amable y con una identidad gráfica coherente. En ellos no solo se venden nieves; se comparte una forma de ver la vida alegre, generosa y con sabor a comunidad.

 

Las combinaciones que ofrece Helados Nico también rompen esquemas: hay vasos con gomitas y chamoy, copas con conos invertidos y barquillos, o incluso paquetes que incluyen una rebanada de pizza junto a la nieve. Esa mezcla entre lo artesanal y lo atrevido hizo que sus publicaciones en redes sociales se volvieran virales: cada foto, un estallido de color; cada descripción, una invitación a probar algo nuevo.

Pero detrás de ese toque divertido y visualmente irresistible, hay una historia de esfuerzo y organización. Don Nico no era un comerciante improvisado, sino un emprendedor con visión, capaz de diversificar su negocio, crear empleos y mantener un equilibrio entre el trabajo y su labor social.

En su página de Facebook, alternaba los videos de sus productos con transmisiones en vivo donde se le veía ayudando a vecinos, tapando baches o entregando apoyos. Para él, la misma pasión que ponía en preparar una nieve perfecta la ponía en servir a su comunidad.

Hoy, mientras se recupera tras haber sido baleado en un ataque que estremeció a Salvatierra, sus negocios continúan funcionando con el mismo espíritu que él sembró. Sus empleados siguen atendiendo con sonrisa y orgullo, sus clientes siguen llegando, y sus helados —esos colores vivos que parecen hechos de alegría— continúan recordando por qué Helados Nico no es solo una nevería, sino un emblema local.

En cada cucharada se siente algo más que sabor: se siente la historia de un hombre que convirtió la dulzura en una forma de resistencia, de esperanza y de amor por su gente.