León-. Al caminar por las calles del centro de la ciudad de León, todavía es posible observar algunas casonas en las que sobresale la copa de los árboles que habitan todavía en el interior de sus patios y en una fotografía panorámica del siglo XX, la mayoría de las fincas contaban con grandes ejemplares además de huertas.
En las antiguas casonas, los leoneses de antes solían sembrar árboles frutales en los que se obtenían frutos para vender y para consumo propio, se sembraban naranjas, limones, manzanas, aguacates, mandarinas, explicó el arquitecto y especialista Guillermo Chávez Ochoa.
Las casas más grandes tenían dos huertas, una enfrente y otra en el patio trasero, la huerta más grande era la de la parte de atrás. Antes los leoneses plantaban árboles nativos, como el fresno o el mezquite, además de otros ejemplares de la región, incluso en las calles.
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León era una ciudad con más árboles, explicó el arquitecto Guillermo Chávez Ochoa que, incluso, el Parque Hidalgo llegaba hasta las faldas del Templo del Calvario “El centro de la ciudad, la plaza de la emperatriz, lo que es hoy la plaza de la Constitución había muchos más árboles” detalló el experto
Pero en las casas no solo se solían plantar especies frutales y de bosque, también se plantaban verduras, arbustos y matas de chile y jitomate, además de sandía, calabaza de castilla y chayote: “Las cuales no solo eran para consumo de los habitantes de las casas, sino que también las vendían a los mercados”.
León contaba con más cantidad de árboles dentro de la zona urbana, más allá de la ciudad en los montes y praderas que se observan en la fotografía, se encontraban grandes bosques de encino que, al ser utilizados para el carbón, esas zonas boscosas fueron acabándose a finales del siglo XIX y principios del XX.