León, Guanajuato.- El modus operandi es muy claro. El Cártel Inmobiliario de Guanajuato encontró la forma de falsificar escrituras para robarse casas y terrenos, con documentos chuecos y alterados. Los criminales hacen 8 trampas.
Primero: Utilizan una escritura real y usan el número de folio original pero le modifican los datos.
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Segundo: falsifican el sello del notario público casi de forma idéntica, con pequeños cambios.
Tercero: falsifican el sello del Gobierno del Estado de Guanajuato y aparentan que es original.
Cuarto: Usan hologramas originales obtenidos de manera ilegal en otras notarías para dar la certeza de que se trata de un documento original.
Cinco: Falsifican la firma del notario público, con una caligrafía muy similar que solo es detectada por un perito en grafoscopía.
Seis: Consiguen credenciales falsas del Instituto Nacional Electoral (INE) casi idénticas a las originales. Es complicado detectarlas.
Siete: Falsfican poderes de notarios o actos notariales aparentando que las personas tienen autorización legal para vender una determinada propiedad.
Ocho: Contratan a notarios públicos que no sean muy “cuidadosos” en sus operaciones de compra-venta de bienes y así consiguen apoderarse de casas y terrenos. Los notarios posteriormente afirman que ellos vieron todos los documentos en regla y legales.
Esta forma de trabajar ha quedado plasmada en diversos fraudes patrimoniales en León y en Guanajuato. Un Cártel Inmobiliario ha conseguido vender casas que no son suyas, sin que se den cuenta los legítimos propietarios. De hecho los dueños solo se dan cuenta cuando acuden a pagar el predial y les avisan que la propiedad ya no les pertenece.
En este sexenio, cuatro notarios públicos de León han perdido el fiat por irregularidades en sus procedimientos. La Dirección de Registros Públicos y Notarías de la Secretaría de Gobierno de Guanajuato ha iniciado los procedimientos, ante las quejas de los cudadanos, y han conseguido documentar y confirmar los actos ilegales de los notarios públicos que se prestan a actos irregulares y deshonestos.
Pero los falsificadores continúan haciendo de las suyas en las notarías y registros públicos. Ellos encuentran la forma de falsificar una escritura, de hacer un sello falso o una firma para hacer fraudes y robar fincas.
KD