León.- Un joven de 18 años murió acribillado a balazos poco antes del mediodía de este viernes, a unas cuantas cuadras de su casa. Su padre, horrorizado, fue quien minutos después de los hechos indentificó el cadáver, que había quedado a la orilla de la banqueta en la colonia Lomas del Mirador.
Eran aproximadamente las 11:40 horas de este 9 de junio cuando Diego Manuel caminaba por la calle Mirador de la Joya y, al llegar a la esquina con Mirador de La Silla, aparentemente lo estaban esperando para asesinarlo, a unos 50 metros de la escuela primaria del fraccionamiento, hasta donde fácilmente se alcanzaron a escuchar las detonaciones, causando gran miedo en maestros y en estudiantes.
Los delincuentes que iban con la encomienda de matar al joven le dispararon al menos 10 balazos. Diego Manuel sufrió lesiones en el abdomen, cráneo y brazos, y cayó boca arriba justo en la esquina, al lado de un poste. Llevaba camiseta roja y pantalón de mezcilla, tenis negros y el cabello muy corto.
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Así lo encontró unos minutos más tarde el señor José Manuel, su progenitor, quien dijo tener 51 años de edad. Él estaba trabajando en su casa cuando corrieron a avisarle lo sucedido; le dijeron que a Diego “le había pasado algo, un accidente y estaba mal”. Quiso ir corriendo, pero le dijeron que mejor agarrara la camioneta para que llegara más pronto, y eso hizo.
Recorrió muy rápido las 11 cuadras de distancia desde su casa en la calle Paseo de la Carreta hasta donde le dijeron que estaba Diego. Ya cuando llegó el padre, la esquina estaba llena de policías, unos tratando de retirar a los curiosos y otros observando los casquillos que estaban regados alrededor del cadáver.
Casi al mismo tiempo llegaron agentes de la Guardia Nacional y soldados de la Secretaría de la Defensa, quienes resguardaron el perímetro desde una cuadra de distancia.
Don José Manuel brindó los datos de su hijo a los agentes ministeriales, quienes al revisar en los registros constataron que el joven no tenía ningún antecedente penal ni arrestos.
Las versiones de los testigos difieren en cuanto al vehículo que usaron los asesinos para escapar, pues unos declararon que era un auto sedán, y otros indicaban que era una camioneta familiar tipo Voyager. Coincidieron en que era color blanco y en que se había ido para el rumbo de Las Joyas.