León, Guanajuato.- Comenzaron como la mayoría de los “youtubers”: subiendo videos en espera de ganar adeptos y que mucha gente los reprodujera. Principalmente con recetas de cocina, pero a partir de esto vieron que la gente no tenía ni para los ingredientes más básicos y sus producciones dieron un giro total: ahora sus transmisiones en vivo exponen las necesidades de su entorno, y por su cuenta abrieron un comedor comunitario, que a tan solo una semana y media de su creación ya atiende a 200 personas de la zona de Brisas del Campestre.
Galilea y Tamara, dos chicas trans que se muestran comprometidas con su vecindario y con su ciudad (planean expandir su labor a colonias como San Juan de Abajo, Jacinto López y Las Joyas), tienen en las plataformas digitales un escaparate para mostrar lo que la voluntad puede lograr. Han conseguido que más personas se sumen a su cometido ya sea con apoyo económico, en especie o con su trabajo, porque tratándose de alimentar a tantas bocas, lo que hace falta son manos en la cocina.
Se han acercado a “influencers” como Las Perdidas, con quienes las une cierta amistad, así como a Mona y Geros, para pedirles apoyo, pero la respuesta ha sido negativa. “Nosotros no hacemos eso de apoyar”, dijeron Mona y Geros. Las Perdidas solamente se disculparon señalando que no tenían dinero.
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Sin embargo, las personas generosas no han faltado en su camino. El carnicero, el tortillero, el vecino que tiene sillas y mesas, la señora que sabe cocinar… han estado detrás de este esfuerzo, dándole ánimos e impulso.
¿Por qué nació la idea?
Cuando uno ve toda la gente que llega por un plato de guisado al comedor comunitario que atienden Galilea y Tamara en la calle Brisa de Ovar 101, de Brisas del Campestre, se sorprende por la cantidad de personas que llegan. Unos terminan de comer y se retiran, pero siguen llegando más personas necesitadas.
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“Es gente que ya sabemos que de verdad en su casa no tienen algo para llevarse a la boca, ni siquiera para sus hijos; antes de abrir el comedor era cosa de todos los días que vinieran a pedirme, ya sea un jitomate, un huevo, unas tortillas, sopa…”, cuenta Galilea, el nombre que eligió y con el que se identifica como persona de la comunidad LGBTTI.
Y todo eso porque anteriormente sus videos eran de recetas de cocina. Quería ganar popularidad y quizás ser una estrella de las redes sociales; está en Facebook y en Twitter como Zurey Galilea García y como Galilea la Chicle Mambo; Tamara está como Tamara Gaytán.
Y desde esas redes hacen activismo en favor de la sociedad. Están conscientes de que sigue habiendo estereotipos que perjudican a la comunidad LGBT “pero con nuestro trabajo demostramos que no toda la gente es igual, agrega Tamara, quien ya tiene dos años en redes sociales.
Galilea fue guardia de seguridad y en su empresa le daban despensas, las cuales nunca llegaban a su mesa, pues mejor las entregaba a las vecinas que ella veía que les hacía más falta.
Pero las carencias en Brisas del Campestre son muchas. La zona es bonita aunque muy retirada, acepta (es la colonia más alejada de la mancha urbana), donde faltan espacios deportivos, centro de salud, lechería Liconsa, muebles para el kínder…
Por lo pronto ya se echaron a cuestas el alimentar tres veces por semana (lunes, miércoles y viernes) a sus vecinos más pobres, con edades desde los 8 meses hasta más de 70 años. Ya más adelante vendrán las gestiones para arreglos en el fraccionamiento, pues el comité de colonos no hace mucho por conseguir mejoras.
Tampoco quieren depender de partidos políticos, pues esto contaminaría su labor y hasta les quitaría credibilidad. La semana pasada se acercó gente de Morena, que nunca ha ayudado ni se lo han pedido, para “invitarlas” a la visita de Claudia Sheinbaum a León… y que llevaran a 200 personas para apoyar a la precandidata.
El proyecto avanza gracias también a Mari Flores, Claudia Ramírez, Mari Monjaraz, Carnicería René, Jaime García, tortillería Los Tres Hermanos, y otras personas que de manera anónima aportan para que todo esto sea posible.
Y como han ido saliendo adelante, ahora consideran extender su labor a otras colonias pobres de la ciudad, todas ellas alejadas. Piensan en San Juan de Abajo, Jacinto López, el Guaje y las Joyas.
Y todo eso, comenzó como una aventura en las redes sociales.
Cv