Cuerámaro-. Sobre las arcaicas piedras de la Presa del aguacate fluye el agua imitando el velo de una novia. Esta represa virreinal, tesoro de la época de la colonia, se encuentra al límite de un paraíso guanajuatense: la Sierra de Pénjamo.
Inerte desde hace siglos todavía almacena el agua para los campos de cultivo de maíz y para las necesidades básicas de la condición humana de los guanajuatenses. Aunque aún le queda medio siglo de vida.
Se encuentra en la zona limítrofe de la serranía de Pénjamo. En medio de los cerros colmados de vegetación por la época de lluvias. La humedad hace que las piedras se tornen más oscuras. La represa se alimenta de los antiguos manantiales escondidos en los bosques de la sierra.
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Julio Alvarado, Cronista de Cuerámaro, suele pasear por la cortina de la presa, reconoce el valor histórico de la construcción y explicó a La Silla Rota que fue construida cuando en Guanajuato todavía gobernaba la Nueva España.
“Entre 1731 y 1748 —lapso en el que Manuel de la Canal y María de Hervas tuvieron en propiedad y como residencia la hacienda de San Francisco Cuerámaro—, En ese período se mandó construir la cortina de la presa en la Cañada el Aguacate, ésta con un costo de cuatro mil pesos oro según se informa en la escritura de otorgada por don Manuel de la Canal a favor de don Pedro Clavería” relató Julio Alvarado
La cortina de la Presa el Aguacate, se encuentra en los límites del municipio de Cuerámaro, el vaso captador se encuentra en terrenos del municipio de Pénjamo.
"La alimentación de la Presa es por la llamada "agua nacida" (manantiales) producidos por los escurrimientos de la Sierra de Pénjamo, que actualmente está pasando por un grave deterioro ocasionado por la deforestación para el uso agrícola de la tierra, así como los incendios forestales que cada vez son más frecuentes y extensos y que a corto plazo disminuirá el agua que llega al embalse convirtiéndose en una crisis hídrica" explicó Julio Alvarado Cronista Municipal de Cuerámaro