León-. Cuenta la leyenda que la Virgen de la Luz eligió la ciudad de León como su santa sede después de un sorteo entre ciudades europeas y León una ciudad de la Nueva España, fue, finalmente, su casa.
En lo alto del atrio de la Catedral Basílica Metropolitana de León se encuentra el cuadro de Nuestra Señora de la Luz, patrona de los leoneses.
La imagen viene de Italia, precisamente, de Palermo, de Sicilia, allí la pintaron al óleo por orden del padre jesuita Juan Antonio Genovesi que quería tener una imagen de la Virgen para llevarla en cada una de sus misiones. A través de una vidente, según la leyenda, llegó la orden de realizar la imagen. Y así se hizo.
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En Palermo llamó al pintor y le hizo el encargo. Ella iba describiendo la visión de la Virgen Santísima, mientras que el artista se aplicaba a su labor bajo la guía de la Reina del cielo. La Virgen encontró el cuadro fiel a sus indicaciones y lo bendijo sonriendo. Sucedió en la pequeña Iglesia de San Estanislao Kotska, en la sede del noviciado de los jesuitas en Palermo y la Virgen dispuso que se le invocara con el amable título de “María Madre Santísima de la Luz” y aseguró que colmaría de favores a cuantos la honrasen e invocasen bajo tan dulce nombre. Corría el año de 1722.
El padre Genovesi llevó la imagen a través de diversas ciudades de Italia, se hicieron diversas copias debido a la devoción de la Virgen de la Luz.
Un día se eligió una ciudad para que fuese la casa de María Madre Santísima de la Luz, se realizó un sorteo entre dos ciudades europeas: Lyon Francia, León España y la mexicana
México, el padre Genovesi eligió León, para eso: se realizó un sorteo, y en las tres veces cayó León.
El sorteo se realizó tres veces, tres vece fue elegida la Villa de León, en México, resultó ganadora, tras lo cual la imagen de la Madre Santísima de la Luz fue traída desde Sicilia a la villa, por el mismo padre Genovesi en persona, el 2 de julio de 1732.
