León-. Ya casi son 70 años de que la lonchería La Mascotita llena los estómagos de los leoneses que suelen a acudir al centro y, de paso buscan algo para desayunar o comer .Su especialidad son las tortas frías. El local abrió en la década de los cincuentas y hoy es un lugar icónico.
Gilberto Cervantes Dávalos dijo que se siente orgulloso de tener el mismo sabor que se ha preservado por décadas y desde que su primo Jesús Cervantes abrió la lonchería hace más de medio siglo, precisamente, en el año 1956, en la calle Reforma, cuando todavía estaban las inmensas salas de cine. Ahora el local se encuentra en la calle Comonfort número 410.
"La Mascotita" era atendida por Don Chuy durante más de medio siglo y quien vivió el auge de las salas independientes de cine, cuando los leoneses podían quedarse a ver películas todo el día, y cuando no era obligatorio comprar productos solo de la dulcería del lugar y no estaba prohibido ingresar comida de otros establecimientos.
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“Se inició desde que estaba la matiné de los cines” comentó Gilberto dirigiendo su mirada a uno de los cuadros en donde está Don Chuy atendiendo a la clientela en un establecimiento angosto repleto de refrescos acomodados, a la antigua, en repisas de madera, como lo eran las tiendas de antaño en León.
“Inició en frente de los cines, hasta se podían meter al cine con el envase y las tortas” recordó Gilberto que lleva 7 años trabajando en la lonchería “La mascotita”, pero con la misma amabilidad (y las recetas de preparación) con la que atendía Don Chuy.
“Se siente bien, y más cuando los clientes dicen que sigue igual la sazón, es un alago para uno” expresó orgulloso Gilberto que contó a La Silla Rota que después de que Don Chuy partió algunos clientes asiduos a La Mascotita tenían la desconfianza de que, quizá, el sabor ya no sería lo mismo.
La especialidad de la casa son las tortas: jamón, salchicha, milanesa, aguacate y carnitas, todo se sirve en frío, y se prepara de una forma única, pues Don Chuy legó sus secretos a su primo Gilberto.
La mascotita es un lugar de tradición, incluso para lo leoneses que han partido a otras latitudes del mundo, o han emigrado a los Estados Unidos, porque incluso, hay clientes que extrañan el sabor recordándoles el viejo León y se llevan pedidos grandes.
“Era buena gente y serio, se aventaba sus chascarrillos. Cuando le debían, él decía que preferían morirse que a pagarle.” dijo Gilberto sonriendo y acordándose de Don Chuy quien era propietario de La Mascotita.
Don Chuy falleció hace 3 años y dejó un legado en León: La Mascotita. Legó su amor al trabajo.
