HISTORIAS DE LEÓN

Los almuerzos de La Estación, más de 80 años de tradición

Los Almuerzos de La Estación se ofrecían en la antigua estación de trenes de León

Escrito en GUANAJUATO el

León-. Los almuerzos de La Estación tienen más de 85 años de tradición en la ciudad, empezaron cuando en León todavía pasaban trenes de pasajeros, en la antigua parada del ferrocarril y después el restaurant sobrevivió cuando ya no hubo viajeros, pero la sazón y el sabor se conservaron con el tiempo.

Gloria Romero todavía se acuerda cuando empezó a ayudarle a su madre con los almuerzos en la antigua estación del tren, cuando de niña atendía a los ferrocarrileros que llegaban de tan lejos y repartía los platillos con la especialidad de la casa: bistec en salsa de tomate y frijoles de la olla.

Ella tiene 77 años y más de 40 de atender el legado culinario de la familia en la calle Mexicas con el número 203 en la colonia Bugambilias, prepara el menú de todos los días, abre temprano: “Mucho gusto de toda la familia, me ayudan mis sobrinas y mis sobrinos, nada más miércoles descansamos, y los días de fiesta hay unos que cerramos”.

A Doña Gloria le fascinan los trenes es por eso que en el restaurant hay cuadros de trenes de diferentes épocas

Ella y sus hermanos vivían en una casa contigua a la estación de trenes, mientras que su padre, Luz Hidalgo Piña, abastecía a los ferrocarriles, entre otras actividades: “Él cuidaba el jardín, se encargaba de la bomba del agua, venía el tren y necesitaban agua y él la ofrecía a la hora que sea, hace ya bastantes años, aquí tenemos más de 40 años”.

Doña Gloria recordó las largas travesías que aquel entonces hacía en tren: “Pues yo estaba chiquilla. Viajábamos a muchos lados, a México, a Veracruz, a donde quiera. Los jardines eran muy hermosos, los trenes antes eran de madera, ya después fue cambiando, después eran Pulman, el tren de vapor ese viajaba de Irapuato a Aguascalientes”.

“Mi papá trabajaba en ferrocarriles y nosotros estábamos a un lado del tanque del agua, ahora ya no está” Recordó la señora Gloria cuando vivía en la casa de la estación del tren

La madre de Gloria, la señora Albina Romero Hidalgo, empezó a ofrecer el almuerzo a la llegada de los pasajeros y desde entonces, ya hace más de ocho décadas se ofrecía: carne de puerco, chicharrón, bistec, huevos dormidos, huevos rancheros, acompañados de atole blanco y café de hoya con piloncillo.

A doña gloria le tocó vivir otro mundo en la estación de trenes de León, vio despedidas, con promesas de un día volver a León; bienvenidas con música de mariachis, el eco de las locomotoras que arribaban o se alejaban, y siempre el olor a ternera asada y tortillas del comal.