San Miguel de Allende.- En 2018 estaba rebosante de agua, en 2020 se comenzaba a hablar de sus bajos niveles y hoy la presa Ignacio Allende está totalmente seca. No solo es la Presa del Palote, en San Miguel su hermosa presa también se está convirtiendo en un desierto.
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Pocos hablan de ella en la misma medida que se habla de la Presa del Palote en la ciudad de León, pero el cuerpo de agua que está en San Miguel de Allende también sufre el mismo malestar.
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Hace unos días se hablaba de que estaba agonizando y a unos días de secarse si el agua no venía. Así fue, el agua nunca llegó y la Presa Allende expiró. Ya no tiene agua, quien nunca la había conocido antes de hoy podría pensar que se trataba de un viejo lote baldío con una construcción en medio.
Tampoco hay vida. El pasto que antes era el fondo hoy está en la superficie y luce amarillo como quemado por el sol. En un portal web documentaron cómo, por la falta de agua, el aire había formado un remolino. Es una mala señal, de acuerdo a la Fundación Aquae, estos se forman cuando el aire caliente y el frio desciende. Pasa porque el suelo está muy caliente.
Igual que en un lote baldío, ahora hay incendios donde antes había agua. El lirio acuático que solía ser el mayor problema de la Presa Allende ya no lo es, pues la presa ya se acabó. El Gobierno Municipal de San Miguel de Allende se dedicaba a acabar con él, pero la sequía ya destruyó gran parte de él con el incendio.
El problema, igual que el de la Presa del Palote en León, ya se venía venir. Desde hace años se venía alertando de sus bajos niveles de agua y en 2023 se convirtió en la que tenía menos líquido vital de todas las presas de Guanajuato, en su momento.
Los meses avanzaron y llegaron a lo que es hoy. Solo un terreno seco, quemado y triste.
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