Celaya.- La madrugada del 2 de agosto de 2020, mientras Antonio Yépez Ortiz dormía tranquilamente, soldados, policías y guardias nacionales rodearon su casa, enfrentaron a sus sicarios guaruras y entre balazos y gritos capturaron al líder del Cártel de Santa Rosa de Lima. Desde ese día está recluido, pero aunque ya no está en posibilidad de seguir operando su célula criminal, en Guanajuato, el Cártel de Santa Rosa de Lima continúa presente y peleando el territorio.
Al día de hoy, homicidios, narcotráfico, huachicol, robo, extorsión y secuestro son solo algunos de los delitos de los que se le acusa al “Marro” y a los hombres y mujeres involucrados en su organización delictiva, pero antes de que fueran parcialmente los responsables de la violencia que se sufre en la entidad, "El Marro" era un asaltante de camiones.
Su historial criminal lo comenzó a formar a los 28 años de edad cuando en 2008 fue detenido por primera vez por esta actividad, pero quedó libre. Un juez lo liberó porque inconsistencias en su captura.
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A partir de ahí los crímenes escalaron y descubrió el robo de gasolina, convirtiéndola a esta en la actividad que caracterizó su organización criminal que se formalizó en 2014. Para 2017 ya operaban el negocio de las drogas también, declarándole al Cártel Jalisco Nueva Generación, que tenía actividades en Guanajuato desde 2011, la guerra.
La violencia se alzo, así que en ese año, representantes del “Mencho” y “El Marro” se reunieron para negociar, pero no hubo muchas palabras, sino balazos la guerra quedó pactada. Ataques que han dejado como saldo hasta más de 7 muertos, adicciones y robos comenzaron a vivirse en Guanajuato.
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Las autoridades federales y estatales, con apoyo de los servicios de inteligencia, planearon la captura del “Marro” y el 2 de agosto de 2020 lo atraparon. Eso fue una lluvia de balazos, describieron los vecinos de franco Tavera, el Rancho en Juventino Rosas donde “El Marro” dormía mientras tenía secuestrada a una mujer que fue la clave de su captura.
Ella era una empresaria de Celaya y al momento de su liberación, las autoridades utilizaron su testimonio para presentarlo ante el juez y con esto lograr imputarle el delito de secuestro. El 14 de enero de 2022 lo sentenciaron a 60 años de cárcel. Hoy está recluido en el penal de máxima seguridad del Estado de México: El Altiplano.
Esta encerrado, imposibilitado de continuar operando, pero de enero a septiembre de 2021 se detectaron 280 tomas clandestinas, mientras que, en el mismo periodo, pero de 2022 año, se detectaron 396.
Según datos de la Fiscalía General del Estado de Guanajuato, el año pasado se realizaron 923 cateos, se vincularon a proceso a 9,533 personas, se sentenció a 1,737 personas y se cumplimentaron 5,872 órdenes de aprehensión.
En el pueblo donde se formó, Santa Rosa de Lima, la tranquilidad volvió.
“El Marro” ya no está, pero sus operadores siguen. Hoy, a la cabeza del Cártel de Santa Rosa de Lima, está su hermana, según datos de la Sedena filtrado por hackers en octubre del año pasado.
PR