León.- Un agente infiltrado, a quien se identificó con el nombre de “Marlon”, fue elemento clave en la investigación para capturar al fundador y líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez Ortiz, el Marro.
El dato forma parte de documentos revelados por los “Guacamaya Leaks”, con base en correos hackeados al Ejército mexicano, y publicado originalmente por la revista sinaloense RíoDoce, con sede en Culiacán.
Según los documentos del colectivo Guacamaya, “Marlon” se infiltró en febrero de 2019 en el CSRL y estableció contacto con los mandos del cártel, llegando hasta el operador financiero. Con este, pactó una reunión en la que estarían supuestos policías, que en realidad eran elementos de la extinta Policía Federal.
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El Marro ya era uno de los objetivos prioritarios del gobierno federal, según consta en los reportes de la Subjefatura de Inteligencia de la Sedena. Las fuerzas armadas habían intentado capturar al líder huachicolero en varias ocasiones mediante el uso de drones, decenas de elementos y hasta helicópteros Black Hawk.
Reunión con los capos
Una semana antes de la reunión, “Marlon” había acordado la cita, convenciendo al operador financiero. Presuntamente, “Marlon” le presentaría a unos policías de confianza para facilitar las acciones en el territorio donde operaba el CSRL, en los municipios de Celaya, los Apaseos, Cortazar y Villagrán.
Se habían quedado de ver en Celaya.
Y si el agente infiltrado tenía el nombre clave de “Marlon”, al Marro se le identificaba, en la investigación secreta, como “Herramienta”.
Lo siguiente es parte de la transcripción de lo que declararon los policías federales participantes en la reunión:
“Personal de esta división de investigación, a bordo de la unidad carro radio patrulla…, se trasladó a realizar primer contacto con el círculo allegado al objetivo denominado ‘Herramienta’, conducidos por el infiltrado (‘Marlon’) donde al estar en el municipio de Celaya, el personal fue conducido a un paraje aledaño a la localidad de Santa Rosa de Lima, donde observaron en todo momento un despliegue de personas las cuales sabemos reciben el sobrenombre de “halcones”, siendo conducidos en brechas de terracería y escoltados por tres vehículos armados”, señala.
“Y al llegar al lugar observaron alejarse de dos cuatrimotos una, la cual era conducida por una persona de sexo masculino, quien contaba con todas las características al objetivo (‘Herramienta’), mientras que de la otra descendía al que hoy sabemos es el operador financiero del Cártel Santa Rosa de Lima, ya en el lugar nuestro infiltrado presentó a nuestro personal como gente de confianza, haciéndole mención al operador financiero, que ellos venían con todo el poder de apoyarlo, a lo que les comentó el operador financiero que su jefe se retiraba por el momento, dejando dicho que para generar confianza y lo puedan ver, tendrían que demostrar actos de buena voluntad”.
El informe señala que el acto de buena voluntad al que se refería el operador financiero del Marro, era remover “aquellas instituciones de gobierno que solo le han pedido dinero, Gendarmería, fuerzas federales, militares y los últimos con quien han hecho acuerdos y no ha respetado, es la Marina”.
“Se ganan” la confianza
Luego de la reunión, se estableció como estrategia de inteligencia para lograr la confianza de Yépez Ortiz, atender las peticiones del operador del Marro, asumir el control operativo bajo la estrategia de inteligencia para identificar servidores públicos (policía municipal y policía estatal) vinculados al capo, así como a civiles y vehículos que le proporcionaran protección.
Como parte del operativo para capturar al líder del CSRL también se propuso la coordinación con la Secretaría de Marina y la creación de filtros de inteligencia para desarticular el brazo armado y operador financiero de “Herramienta”, para posteriormente “bajo un esquema de espejo de confianza”, lograr la detención de José Antonio Yépez Ortiz.
El “Caso Herramienta”
El operativo también incluyó la intervención de las comunicaciones del círculo cercano del Marro.
El seguimiento a las personas cercanas a Yépez Ortiz inició antes de esa reunión, pues el 30 de enero de 2019, en un correo enviado a la Subjefatura de Inteligencia, se informó que el líder se escondía en el municipio de Juventino Rosas. La información se acompaña de imágenes y un video grabado desde un avión de un predio bardeado, en el momento en que llega un tráiler.
“Ahí lo escondieron. Poblado San José de los Manantiales”, menciona el texto.
En un correo fechado el 7 de marzo de ese mismo año, se menciona que a través de una denuncia anónima se obtuvo nuevamente información de que el Marro se encontraba en el fraccionamiento El Laureal, municipio de Cortazar.
Para capturarlo se planteó un despliegue de fuerzas que incluiría sobrevuelos no tripulados para obtener imágenes en tiempo real del objetivo, el empleo de 7 helicópteros (5 Black Hawk y 2 Mi17), así como 60 efectivos (40 operativos y 20 de tripulación), además de 40 elementos de infantería. Las aeronaves aterrizarían en un terreno aledaño.
De nueva cuenta se compartieron imágenes tomadas desde un dron del lugar donde se encontraba el objetivo.
Se desconoce si dicho operativo se llevó a cabo, pero el Marro no fue capturado.
Más intervenciones
El 10 de marzo, otro email de intervenciones telefónicas a operadores del cártel señala que no se obtuvieron datos concretos de la ubicación del líder del cártel dedicado al robo de hidrocarburos, y se habla de un atentado fallido contra un elemento de la FGR.
En medio de las intervenciones de las comunicaciones de personas allegadas al líder huachicolero, el 6 de marzo de 2019, fue detenida Angélica, cuñada del Marro, y quien es considerada operadora financiera del grupo delictivo. También fue detenido Javier N, quien era policía federal de inteligencia en activo y presunta pareja sentimental de la mujer, así como otra implicada identificada como Mariela N, alias la Chola, quien presuntamente era la encargada de la venta de drogas.
El 24 de marzo de 2019, las fuerzas castrenses detuvieron también a Agustín Medina Soto, operador del Cártel de Santa Rosa de Lima, y quien era el enlace con las autoridades y entregaba sobornos a distintos funcionarios públicos u ofrecía dinero a cambio de información.
El 29 de enero de 2020, en un operativo conjunto de la Marina, Guardia Nacional y policía de Guanajuato, se detuvo a Karina Mora, esposa del Marro, en una casa de seguridad en la comunidad de San Miguel Octopan, municipio de Celaya. Junto con ella estaban tres integrantes del cártel, identificados como Serafina, Alfonso y César, a quienes les decomisaron armas de uso exclusivo del Ejército y narcóticos.
En los meses siguientes, también se aprehendió a la mamá y al papá del Marro, en diferentes operativos realizados en Guanajuato, donde se registraron bloqueos, quema de vehículos y enfrentamientos. Hasta ese momento, el líder delincuencial había logrado escapar de las autoridades.
Pero el 2 de agosto de 2020, el Marro fue capturado en el municipio de Santa Cruz de Juventino Rosas, junto a otras ocho personas, entre ellas, el supuesto jefe de seguridad del cártel, en posesión de dinero, armas largas y cortas e incluso un lanzagranadas, comunicó la Sedena.
En el rancho donde se encontraba el capo, las fuerzas federales localizaron a una empresaria oriunda de Apaseo El Alto, avecindada en Querétaro, que estaba secuestrada.
Con información de RíoDoce.