Celaya.- Patricia fue la segunda profesionista empleada del gobierno estatal asesinada en tan solo dos semanas. Ella era encargada del Registro Público de la Propiedad en el municipio, y fue acribillada a llegar a su oficina la mañana del jueves, en punto de las 9:00 horas.
Apenas el 26 de octubre, por la noche, la psicóloga Lidia Catalina Ortiz también había sido asesinada con arma de fuego. Ella manejaba una camioneta por el denominado “puente de la Pepsi” cuando fue víctima de los sicarios.
Entre el lugar donde fue ultimada Lidia dos semanas atrás y la oficina del Registro Público de la Propiedad, donde mataron a Patricia Estrada, hay tan solo unos metros de diferencia.
El asesinato de la joven psicóloga Lidia no se ha esclarecido. Ella trabajaba para la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y estaba asignada al Cereso de Celaya, donde atendía a los internos.
Causas desconocidas
Patricia Estrada, madre de dos adolescentes, abogada egresada del Centro de Estudios Superiores del Bajío en el año 2012, tenía el cargo de registradora auxiliar.
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Su historia personal había sido de superación siempre. Cuando se tituló, sus niños apenas tenían 2 años de edad. Son dos gemelos hoy de 14 años los que quedaron huérfanos tras el inexplicable crimen.
El cargo de Patricia Estrada en estas oficinas de la Secretaría de Gobierno estatal era el de registrador público suplente. En ese cargo supervisaba, autorizaba y asentaba los movimientos en las propiedades inmuebles.
Daba trámite a las gestiones iniciadas por los notarios públicos, gremio en el cual era muy reconocida por su eficiencia y rectitud, lo que era redondeado por el trato formal y amable que la profesionista siempre brindó tanto a los notarios como a los asistentes de estos.
Dentro de la oficina del Registro Público, el trato era profesional y cordial entre la registradora y los auxiliares. Fueron compañeros de Patricia los primeros en reconocer el cuerpo de la abogada a las 9 de la mañana del jueves, cuando fue asesinada.
Patricia llegaba puntual como todos los días, uniformada y cargando su lonchera.
El lugar del asesinato está en el bulevar López Mateos en la salida a Salamanca, a unos metros del “puente de la Pepsi”, frente a la agencia Chevrolet y cerca de otros establecimientos, por lo que fueron decenas de personas las que atestiguaron el asesinato.
El cuerpo de Patricia quedó no más de 100 metros del sitio donde dos jueves atrás había muerto Lidia en su camioneta. Son dos crímenes impunes y hasta ahora sin pistas de los culpables.
cv