León.- Sirvió tragos a combatientes de la Revolución Mexicana y presenció la guerra Cristera. Vio pasar a las carretas y después, a los primeros vehículos de motor. Existió en León incluso antes que el antiguo Panteón San Nicolás, pero a diferencia de este, la cantina "El Mónaco" sigue en funcionamiento.
Según datos del Archivo Histórico de León, El Mónaco fue la primera cantina de la ciudad, abriendo sus puertas en 1897; su propietario en ese entonces fue Salvador Flores Maldonado, y se ubicaba en el #123 de la Emiliano Zapata.
Sin embargo, la tarde del 7 de julio del 2021 el inmueble fue demolido por orden de Protección Civil, pues el paso más de un siglo había causado estragos irreparables en sus muros y techos, amenzando con caerle encima a los comensales y a quienes pasaban por allí.
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No fue hasta 8 meses después que Salvador Flores Alcalá, actual propietario del bar y bisnieto del dueño original, reabrió El Mónaco en el #117 de la calle Independencia, a tan solo 200 metros de donde se ubicaba antes, pues esta antigua cantina representa para él y para los leoneses un lugar lleno de historias sobre familia y amistad.
El Mónaco: herencia de cantina
"El Mónaco no ha cambiado de familia, siempre ha sido la misma: Flores, Flores, Flores... Mi bisabuelo era Salvador Flores Maldonado, mi abuelo Adolfo Flores Gaona, mi papá Salvador Flores Ibarra y yo, Salvador Flores Alcalá; ha sido la misma sangre la que ha llevado el negocio a cabo" expresó el dueño en "Herencia de Cantina", documental sobre la historia del bar, que obtuvo el tercer lugar en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) en 2013.
Actualmente El Mónaco ocupa el primer lugar del Recorrido Turístico por las Cantinas de León como la más antigua, con casi 130 años de tradición. Le siguen Báltico, Gato Negro y Panteón Taurino de la Calzada.
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De cantina a botanero familiar
En sus primeras décadas, El Mónaco fue escenario de tratos entre políticos y combatientes que escapaban un rato de la guerra para beber un trago. Además, en todo el país la costumbre de no admitir mujeres (ni perros ni uniformados, según dicen) prevaleció hasta finales del siglo XX.
Sin embargo, actualmente El Mónaco es uno de los bares favoritos de muchos leoneses, y no es raro ver hombres y mujeres por igual: compañeros de trabajo si vas un vienes por la noche; amigos, parejas e incluso familias completas.
Quizá se deba a su tradición botanera, pues es uno de esos lugares donde la noche se te va entre una bebida y otra, probando la carne tártara, el duro con salsita o los burritos de chicharrón. ¿Cuántas veces has ido?
FN