Acapulco-. Dulce María Esquivel, profesora de la Universidad de Guanajuato, atestiguó la devastación del huracán Otis al tocar las costas de Guerrero, cuando ella y sus estudiantes se encontraban en un simposio de minería en la ciudad de Acapulco.
La maestra universitaria realizó un vídeo en los momentos en que el huracán azotaba la costa, documentó todo lo que ella y alumnos de la UG vivieron durante y después del huracán, presenció la fuerza devastadora de la naturaleza.
El ciclón Otis de ser una tormenta tropical pronto se volvió en categoría 5 con vientos de hasta 270 kilómetros por hora.
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La noche en el hotel
Un potente viento rugía con un pitido que provocaba temor en quienes estaban dentro del hotel, relató el suceso la maestra: “Estábamos en la trigésimo quinta edición de la Convención Minera en Acapulco eran las 8:30 p.m. y ya era muy fuerte el viento, una lluvia ligera, el viento era muy fuerte, bajé a la recepción para preguntar sobre el protocolo”.
La maestra y los alumnos estaban dentro del hotel cuando Otis destruía todo a su paso: el viento azotaba las ventanas, las cosas volaban como proyectiles, los muros de las paredes empezaban desquebrajarse y pronto se quebraron del todo, el agua empezaba a colarse precipitadamente haciendo ríos sobre las escaleras.
Fue una noche de pesadilla y supervivencia, los alumnos y la maestra buscaban lugares seguros dentro del hotel para resguardarse, pero el agua corría por dentro de la edificación, no había algún lugar en el que pudieran sentarse.
“Ya se rompieron los vidrios, ya estábamos tres alumnos de la escuela de minas y tres de la UAM Iztapalapa, ya se les había roto la puerta y la ventana, eran las 12:30 y estábamos en el ojo del huracán, a la 1:00 a.m. nos dijeron que le huracán ya había tocado tierra. No podíamos bajar al sótano porque se estaba inundando” dijo Dulce María Esquivel mientras el huracán arrasaba todo a su paso fuera del hotel
“Empezamos buscar lugares, pero todos estaban mojados, abajo está todo lleno, no hay donde sentarse" Narró en el vídeo la profesora universitaria que recorrió el lugar en donde se hospedaron en el Hotel Gamma
Afuera un escenario apocalíptico
Cuando ella y los alumnos pudieron vislumbrar la luz del día, Otis ya había pasado dejando en su camino la tragedia. Había edificios mordisqueados como si hubiesen sido bombardeados, pero no, solo se trataba del azote de las ráfagas del viento que sucumbieron en la madrugada.
Ella y los alumnos salieron buscar de comer. La zona estaba devastada, árboles arrancados, partes de embarcaciones en medio de la calle, personas buscando a sus familiares. Para entonces ya había militares en la zona.
“Ya que amaneció pudimos ver el desastre, dormimos sentados, acostados en sillas, se me hizo increíble el presidente hablando de estadísticas en ese momento que no dimensionaba. A las 10 de la mañana salimos a buscar comida, le pregunté qué pasaría y nos dijo que no llevarían a un albergue que pasaron por nosotros en camioneta. La camioneta nunca llegó y nunca nos llevaron al albergue” explicó la maestra de la facultad de minas de la Universidad de Guanajuato.