NOCHE BUENA

La navidad de un indigente en León

Para las personas indigentes no hay navidad, no hay hogar que los reciba con los brazos abiertos, ni cenas costosas o regalos ostentosos, solo hay un tamal y un champurrado regalados con el corazón

Créditos: Fotografías: Especial
Escrito en GUANAJUATO el

Afuera del Oxxo sobre el bulevar Adolfo López Mateos un hombre de cabello rizado y desacomodado está acostado sobre el suelo, en plena víspera navideña. Le dicen El Gordito. Este hombre no tiene plan para  Nochebuena, solo pasar la noche. Su casa son las calles de la zona centro y solo tiene sobre el suelo dos tamales de chile y uno de azúcar, un atole frío y un paquete de Rebanadas Bimbo sin abrir. Así será la Navidad de El Gordito, en la calle y con frío en un día nublado sin un solo rayo de sol que pudiera calentarlo durante el día.

Habrá quienes no tengan navidad este 24 de diciembre, quienes no tendrán un abrazo, ni quien les diga “¡Feliz Navidad!”, ni mucho menos un regalo o un cálido apapacho, pues pasarán la nochebuena sobreviviendo a las condiciones de frío en la ciudad… ¿Cuáles serán sus historias?

¿Añorarán la Navidad? Su único refugio es un cobertor básico de poliéster, pero… ¿Cómo soporta el frío? Un hombre alto y corpulento camina con semidesnudo (de la cintura para arriba) todos los días en las calles del centro, su comida es lo que encuentra en los botes de basura: restos de elote en vaso con queso amarillo, con chile, algunos sorbos de agua o Coca Cola que dejan los transeúntes, para él no hay Niño Dios, ni una familia que lo reciba con los brazos abiertos…

Es común verlo caminar sobre la calle Hermanos Aldama, de pronto se sienta a un costado del Teatro Manuel Doblado o en el parque cerca del recinto, hace sonidos con su boca, para él no habrá navidad, ni noche buena, solo la cena que alguien le pueda compartir en estos días.

Duerme a plena calle, aun sin importar que el viento gélido del invierno haya tapizado el asfalto, el adoquín de las banquetas en donde algunos duermen encontrando refugio en los edificios bancarios o en los portales de la zona peatonal en el centro de León, así pasarán, algunos, la nochebuena.

Algunas personas hacen sus propios refugios con bolsas atadas a tubos, los construyen con tablones o pedacera que encuentra por ahí en sus recorridos de rutina, así arman sus casas improvisadas para soportar la noche a la intemperie sin una cálida cena, en un hogar, es que… ¿Tendrán familia? O quizá sus familiares los han olvidado o viceversa, ellos a sus familiares, lo cierto es que pasan la noche de Navidad solos.

Hay quienes lo pierden todo o les han despojado de todo

Algunas personas lo han perdido todo o se lo han arrebatado, sus familiares han partido a otras latitudes, hay hijos que solo tuvieron un padre o una madre y dependieron de ellos todo el tiempo pues nacieron con alguna discapacidad intelectual, al fallecer la única persona que los amo, quedaron en la indigencia, y quizá el único hogar que tuvieron les ha sido arrebatado por la avaricia, incluso, de su propia familia dejándoles a en la calle.

Sin embargo y pese a la indiferencia, quizá alguien se hayan imaginado vivir en los zapatos de un indigente, y, en un acto sincero, de bondad, dejó a un lado de una persona un tamal o un atole, y sea esa la única Navidad.