TRADICIONES

Con tres días de fiesta en Loza de los padres, celebran al Niño Dios

En Loza de los padres, cada que llegan las navidades, los pobladores de aquella comunidad de León se reúne, como cada año, para darle la bienvenida al Niño Dios durante tres días

Créditos: Fotografías: Especial
Escrito en GUANAJUATO el

León-. Todo el pueblo se reúne en un ambiente de amistad y de fiesta, miles de personas llegan a la comunidad de Loza de los padres en León, arriban los paisanos que después de un tiempo se reúnen con los suyos, llegan de Silao, de Guanajuato, de Romita y de otras partes del estado para pasar días enteros de fiesta, pues la cita es con el “Niño Dios de la confianza” para celebrarlo durante los días 24, 25 y 26 de diciembre.

Es una tradición que se realiza en Loza de los padres desde hace más de medio siglo, los habitantes de la comunidad veneran la imagen del Niño Dios durante los días de navidad. Los festejos inician el 24 de diciembre por la tarde, se congrega una enorme peregrinación en la capilla de la que un día fuera la Hacienda de San Pedro.

Durante tres días el Niño Dios es venerado, pues sus feligreses le agradecen los favores y las bendiciones que han recibido por la divinidad, todo se dispone al festejo: inicia con un desfile de carros alegóricos, el niñito dios a la cabeza, con su imagen con la mano levantada, sonriendo, artesanos guanajuatenses le edifican una casita hecha de cera, adornada con esferas, brillantina, y flores de noche buena.

El festejo empieza a las 4 de la tarde, las familias se reúnen, resuenan los clarinetes, las trompetas, los trombones y los tambores de las bandas de viento que se escuchan en todas las calles y el caserío, diferentes conjuntos amenizan la fiesta durante todo el día, ofrecen las canciones del momento, al Niño Dios le siguen sus feligreses, las bandas, los danzantes y los que montan a caballo.

A las 8 de la noche se celebra la Misa de gallo en la capilla, antes de la media noche se arrulla la figura del Niño Dios, se le canta con devoción mientras el fuego de las velas ilumina los rostros de los devotos, pasada la madrugada se encienden los juegos pirotécnicos que iluminan el cielo y emiten el chiflido de los cohetes que asustan a los perros.

 El día 25, antes de los primeros rayos del sol, los músicos reavivan la tambora y sigue la fiesta, se turnan con los danzantes que expresan sus bailes tribales para los pobladores y zapatean sobre el piso, se vive el festejo entre bailes y una gran verbena popular.

En la comunidad de Loza de los padres no faltan los tamales calientitos acompañados del champurrado o el atole, los buñuelos bañados con miel, los tacos de carnitas con su guacamole, las caguamas frías, la birria o el menudo, todo para festejar con abrazos, mutuas muestras de cariño y las madres gozar con la compañía de los hijos que partieron al norte, mientras la figura del Niño Dios es venerada.

  EE