El próximo 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso y entre sus beneficios según el Instituto Mexicano de la Juventud un beso apasionado ejercita más de 30 músculos faciales y los mantiene tonificados, pero también reduce la apariencia de las líneas de expresión, ayuda a adelgazar, disminuye el estrés y la ansiedad. Algunos especialistas afirman que puedes quemar hasta 12 calorías por minuto cada vez que das y recibes un beso.
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Para Nélida Padilla Gámez, investigadora de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, de la UNAM en nuestra cultura occidental, en América Latina y en particular los mexicanos, somos besucones, tenemos mucho esa conducta, nos saludamos con besos en la mejilla; esta acción cobra relevancia como muestra de afecto y una forma de contacto, conexión y comunicación con otras personas.
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La investigadora universitaria señala que, por lo general, el besar es una manifestación que está asociada a momentos felices y genera placer y bienestar, además de mejorar la autoestima, quemar calorías, subir el ánimo y activar la circulación sanguínea.
De ahí que la Real Academia Española (RAE) define la palabra besar como el acto de tocar u oprimir con un movimiento de labios a alguien o algo como expresión de amor, deseo o reverencia, o como saludo.
El beso y su sobresexualizado
Padilla Gámez explica que cuando hablamos de la celebración por el Día del Beso y del acto en sí mismo, pensamos en la muestra de cariño que se profesan las parejas. Sin embargo, también existen aquellos que damos a familiares y amigos. De hecho, desde que somos bebés recibimos esta demostración como una evidencia de cariño y amor.
La universitaria considera que el beso que se dan en los labios se han sobresexualizado en las parejas, pues algunas dejan de hacerlo por creer que ya no están en edad, o porque solo son para promover la excitación sexual.
Sin embargo, Nélida asegura que no necesariamente es así, ya que, por ejemplo, un beso en la mejilla como gesto de afecto también nos brinda un momento placentero, al igual que cuando lo hacemos con otros seres queridos como amigos o familiares.
La investigadora recuerda que durante la pandemia sufrimos porque no podíamos realizar esa acción ni abrazarnos, aunque esta posición aún prevalece.
“Conforme vamos tomando confianza retomamos esa conducta que nos conecta y nos transmite sensaciones, porque es una forma de comunicar cariño, incluso cordialidad y no solo erotismo con la pareja”.
La especialista enfatiza que al unir nuestros labios a los de otra persona se produce una serie de neurotransmisores y de hormonas relacionados con el placer, lo que facilita más procesos corporales como la excitación sexual y desde el punto de vista biológico permite a los seres humanos intercambiar feromonas, sustancias químicas que juegan un papel crucial en la atracción y la selección de pareja, además de liberar oxitocina, conocida como la hormona del amor, la cual fomenta el vínculo y la conexión entre las personas.
"Besar y ser besados es terapéutico", explica Padilla Gámez.