Un nuevo libro presentado por el escritor Armando López, llamado Boleros Prohíbidos relata la desaparición del bolero cubano y la participación activa de Olga Guillot en este género musical, y es que el autor del libro indicó que tras su desaparición, es que se vino en declive dicho género, dejando a La Habana, Cuba en el olvido, tras ser la cuna que vió nacer al bolero cubano, y de donde grandes cantantes fueron parte de la historia.
Recordemos que los boleros cubanos son una variante del género musical bolero que se originó en Cuba a finales del siglo XIX y principios del siglo XX y es que los boleros cubanos son conocidos por su romanticismo, melancolía y ritmos suaves. Este estilo musical ha producido algunas de las canciones más icónicas y populares de la música cubana y latinoamericana en general, y el libro Boleros prohíbido: La Habana sin Olga Guillot era un desierto nos cuenta más.
Y es que fue la revolución cubana fue la que paralizó la distribución del boleto y pues este proceso revolucionario liderado por Fidel Castro y sus seguidores culminó en el derrocamiento del entonces presidente de Cuba, Fulgencio Batista. Conocida también como la Revolución Castrista, tuvo un impacto profundo y duradero en la historia de Cuba, originando que intérpretes como Olga Guillot se marcharan del país junto con las disqueras, al menos así lo relata Armando López, autor de un nuevo libro sobre la bohemia de finales de los 50.
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¿Quién fue Olga Guillot?
Olga Guillot, fue una de las cantantes cubanas de renombre internacional, considerada una de las grandes voces de la música latina y una de las pioneras del bolero, quien falleció el 12 de julio de 2010 en Miami, Florida, Estados Unidos y su carrera musical abarcó décadas y dejó una huella duradera en la música latinoamericana.
"Olga Guillot era muy conocida en España, en Argentina, en toda América Latina, hizo muchísimas películas en México, era sin duda una superestrella, era un símbolo del bolero, era la reina del bolero. En Cuba, desgraciadamente, nadie se acuerda de ella pero en Argentina todo el mundo sabe quién es Libertad Lamarque", señala López.
El también productor, periodista, publicista y autor de este libro, lamenta que no exista una estatua de Olga Guillot, pues describe que fue un símbolo de alegría de vivir.
"Una santiaguera mulata y china, porque su abuelo era chino y también tenía ascendencia catalana, todo mezclado". "Detrás de Olga se fueron Orlando Vallejo, Orlando Contreras, Blanca Rosa Gil (conocida como 'La muñequita que canta'), y se fueron además todos los grandes compositores. Frank Domínguez, que es el otro monstruo, describe el autor.
En este libro, López muestra a Cuba a través de la música, y muestra algunas conferencias sobre su vida y recuerdos sobre el cierre de los cabarets de La Habana.
Con información de EFE
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