Puebla, Puebla- La entidad se encuentra entre las entidades con mayor incidencia en delitos cometidos contra mujeres. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante los primeros ocho meses de 2025 se registraron 9,720 casos, lo que equivale a un promedio de 40 crímenes diarios.
De este total, la violencia familiar concentra el 72% de los delitos con 6,987 denuncias, lo que significa que 29 mujeres al día sufren algún tipo de agresión en el entorno de sus hogares. Esta cifra coloca a Puebla como el estado con mayor número de casos en esta categoría.
Violencia familiar, el delito más frecuente
Tannia Sánchez Trejo de 41 años de edad fue víctima de violencia intrafamiliar durante 9 años.
Te podría interesar
Golpes, mordidas y demás agresiones que afectaron la salud y la calidad de vida de Tannia fue la razón por la cual hoy lo está denunciando por violencia intrafamiliar, tentativa de feminicidio, amenazas y abuso de confianza.
Este día Tannia denunció en redes sociales que la agente del Ministerio Público le extravió su carpeta de investigación por el delito de tentativa de femicidio y la Fiscalía General del Estado de Puebla ya investiga su caso.
Aunque la entidad también reporta incidencia en delitos como homicidios culposos, lesiones dolosas y violación, la violencia familiar es el delito que más afecta a las poblanas. Golpes, amenazas y agresiones físicas o psicológicas constituyen la mayor parte de las denuncias.
Urgencia de políticas de prevención
Las cifras reflejan la necesidad de fortalecer políticas públicas en materia de prevención, protección y atención a mujeres víctimas de violencia, además de promover campañas de concientización para facilitar la denuncia y el acceso a la justicia.
Expertas en psicología, como Itzel Ferzuli, señalan que la violencia intrafamiliar se perpetúa desde la educación en el hogar, lo que normaliza conductas dañinas. En su opinión, es fundamental enseñar a niñas y niños que la violencia no es aceptable, además de fomentar la autonomía económica y emocional de las mujeres para reducir la dependencia en relaciones violentas.
