Este viernes 26 de septiembre, desde la Ciudad de México, Francisco Garduño Yáñez, ex comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), ofreció una disculpa pública por la muerte de 40 migrantes en la estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, en marzo de 2023.
En la tragedia también resultaron heridas otras 27 personas, muchas de ellas con secuelas permanentes.
Durante la ceremonia, en la que no se mostró ningún logotipo del gobierno de México, el ex funcionario aceptó que estos hechos no debieron suceder y que se debió garantizar la seguridad de los migrantes que estaban en la estación.
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El acto se realizó en cumplimiento de la causa penal en su contra y contó con la presencia de familiares de las víctimas mortales y de los sobrevivientes. Las víctimas y sus familias proceden de Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia y Ecuador.
También asistieron representantes de la Cancillería, de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y del propio Instituto Nacional de Migración.
Al hacer una relatoría de los hechos el ex titular reconoció que las víctimas se enfrentaron a violaciones de derechos que jamás debieron suceder
Perdón bajo presión
La ceremonia no se realizó en Chihuahua, donde ocurrió la tragedia y donde los familiares de las víctimas la han exigido, sino a cientos de kilómetros de distancia, en la capital del país. La disculpa se dio en medio de un ambiente de inconformidad; mientras Garduño cumple con un requisito judicial, en Juárez se preparan protestas en su contra y la presidenta Claudia Sheinbaum visitará la frontera como parte de su última gira de trabajo, La Transformación Avanza.
La puesta en escena está cargada de simbolismos encontrados. De un lado, la mandataria federal hablará de soberanía, seguridad, economía, comercio, salud y educación. Del otro, familiares de las víctimas y organizaciones civiles levantarán la voz para recordar que las muertes en la estación migratoria no fueron un accidente, sino la consecuencia de negligencias y omisiones.
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El perdón que Garduño pronunciará mañana nace de la obligación, un juez lo fijó como condición para suspender temporalmente su proceso penal.
Una tragedia bajo llave
El 27 de marzo de 2023, un incendio consumió la estación migratoria del INM en Ciudad Juárez. Las llamas avanzaron sobre un espacio cerrado bajo llave, donde decenas de hombres estaban encerrados sin posibilidad de escapar. La desesperación se mezcló con el humo y en minutos, 40 personas murieron atrapadas. Otras 27 sobrevivieron con heridas, muchas de ellas permanentes.
Las imágenes de aquel día recorrieron el mundo. Guardias observando sin abrir las rejas, funcionarios paralizados, vidas que se extinguían en un lugar que debía ofrecer resguardo temporal. La tragedia desnudó las condiciones inhumanas en que se mantenía a los migrantes en detención administrativa, convertidos en rehenes de un sistema sin protocolos claros de seguridad ni supervisión adecuada.
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La indignación se desató en México y más allá de sus fronteras. Organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil exigieron responsabilidades, transparencia en las investigaciones y un cambio profundo en las políticas migratorias. Sin embargo, el paso de los meses mostró más aplazamientos que respuestas.
La disculpa pospuesta una y otra vez
La primera fecha para la disculpa pública se fijó el 24 de enero de 2024, cuando un juez le concedió a Garduño la suspensión condicional del proceso penal con la obligación de pedir perdón en un plazo de 30 días. Pero la defensa del ex comisionado consiguió aplazar el acto.
El 16 de abril se anunció una nueva fecha, que pronto se modificó para el 2 de mayo. Ese día nunca llegó; apenas horas antes, Garduño dejó su cargo como titular del INM y el acto se canceló. Así, la disculpa se convirtió en un compromiso diluido entre excusas y maniobras legales, mientras las familias de las víctimas seguían esperando un gesto mínimo de reconocimiento.
Han pasado 30 meses desde el incendio. 15 mujeres sobrevivientes continúan sin ser reconocidas oficialmente como víctimas por las autoridades mexicanas, lo que limita su acceso a justicia y apoyo, de acuerdo con la Fundación para la Justicia.
La memoria contra el olvido
Fundación para la Justicia, una organización que acompaña el caso, ha insistido en que la disculpa de Garduño debe ir más allá de un acto formal. Señalan que las víctimas no necesitan solo palabras, sino reconocimiento, reparación y garantías de no repetición. Para ellas, el hecho de que el exfuncionario hable desde la Ciudad de México, lejos de la tierra donde ocurrió el incendio, es un recordatorio de la distancia que las autoridades han tomado frente al dolor de las familias.
Las madres, padres, hermanos e hijos de quienes murieron han marchado, han dado conferencias, han sostenido reuniones con instancias nacionales e internacionales. Su exigencia es clara; verdad, justicia y reparación. Ellos insisten en que los migrantes no murieron por azar, sino porque estaban bajo custodia del Estado, encerrados sin salida.
El incendio de Ciudad Juárez se convirtió en un espejo incómodo de la política migratoria mexicana; estaciones con hacinamiento, falta de protocolos de seguridad, trato indigno y opacidad en la gestión.
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Contexto: A casi dos años y medio del siniestro, el eco de las llamas sigue presente. El caso expuso que en México los migrantes viven entre la vulnerabilidad y la indiferencia institucional. Las autoridades han prometido revisar protocolos, pero las condiciones estructurales no han cambiado.
La disculpa que Garduño dará este viernes está marcada por la obligación legal. Para las familias, será un acto insuficiente, una formalidad vacía. Para las organizaciones, un recordatorio de que la justicia sigue pendiente.
En Ciudad Juárez, las protestas buscarán contrarrestar ese silencio institucional.
Mañana, mientras la presidenta Claudia Sheinbaum recorra la frontera y Garduño pronuncie su perdón a cientos de kilómetros, la distancia entre el poder y las víctimas quedará nuevamente al descubierto.