Tijuana, B.C.- Una explosión en un acueducto de 54 pulgadas, ocurrido ayer bajo el Bulevar Gustavo Díaz Ordaz, provocó la interrupción del suministro de agua potable en al menos 632 colonias de Tijuana y Playas de Rosarito, afectando a cientos de miles de personas hasta hoy.
El colapso fue ocasionado por la falta de mantenimiento en la red hidráulica, que durante 23 años no recibió rehabilitación. La tubería dañada forma parte del acueducto Florido-Aguaje, una de las líneas de conducción más importantes para abastecer a la ciudad.
Jesús García Castro, director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), explicó que esta infraestructura fue instalada en 1982 y debió ser reemplazada en 2002, al cumplir su vida útil. Sin embargo, operó 25 años más de lo previsto hasta su ruptura esta semana.
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“Todo lo que es el acueducto está muy dañado, trabajó mucho más tiempo del que estaba proyectado. Lo traíamos en agenda para fin de año, pero se adelantó el colapso”, reconoció García Castro.
Un rezago histórico
El funcionario informó que los trabajos de rehabilitación podrían demorar hasta 36 horas y que la recuperación del suministro, sobre todo en colonias de las partes altas, tardaría entre 24 y 36 horas más. “Estaremos trabajando 24 horas seguidas, sin pausa, para restablecer el servicio”, dijo.
La afectación se localiza en la colonia Terrazas de la Presa, bajo una vialidad estratégica que conecta la zona sureste con el centro de la ciudad. Las labores incluyen sondeo, limpieza y la sustitución del tramo colapsado de la tubería.
Mientras tanto, las familias afectadas enfrentan la escasez de agua potable, en un contexto de altas temperaturas. Comercios, hospitales y escuelas también resentirán la suspensión, lo que aumenta la presión sobre la autoridad para cumplir con los plazos de rehabilitación.
Organizaciones civiles señalaron que la crisis no es un hecho aislado, sino el reflejo de un problema más grave: la falta de inversión en infraestructura hídrica. “Todos los acueductos que abastecen a Tijuana ya cumplieron su vida útil. El riesgo de más colapsos es inminente”, advirtieron.
Crisis estructural en la frontera
De acuerdo con especialistas en gestión del agua, la situación de Tijuana se replica en otras ciudades de México, donde la infraestructura obsoleta, la urbanización acelerada y el cambio climático ponen en jaque la seguridad hídrica.
El caso ha reabierto el debate sobre la planeación urbana en zonas fronterizas de rápido crecimiento. En Tijuana, la demanda de agua supera con frecuencia la capacidad de suministro, lo que obliga a la CESPT a programar cortes periódicos y aplicar tandeos en distintas colonias.
García Castro, reconoció que el acueducto dañado estaba programado para ser intervenido este mismo año, pero subrayó que el rezago de décadas obliga a una inversión millonaria y a replantear la estrategia de mantenimiento. “No podemos seguir parchando tuberías que ya cumplieron su vida útil”, aseguró.
Por ahora, cuadrillas de trabajadores operan día y noche para reparar el tramo dañado del Florido-Aguaje.
Contexto: Esta información es importante porque revela la vulnerabilidad de la infraestructura hídrica en Tijuana y Playas de Rosarito, donde cientos de miles de personas quedaron sin agua potable debido a la falta de mantenimiento en un acueducto clave. El desabasto impacta directamente en la vida diaria de las familias, hospitales, escuelas y comercios, y pone en evidencia un problema estructural que trasciende lo inmediato: la urgencia de invertir en sistemas de agua modernos y sostenibles para evitar que la crisis se repita en una de las ciudades con mayor crecimiento poblacional del país.
