NOGALES, SONORA.- Un rastro clandestino de perros con 53 animales vivos y varios más congelados, fue cateado por la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJES) y autoridades municipales la tarde noche del miércoles.
“Son al menos 53 perros y carne congelada de estos animales. El caso fue turnado a las autoridades de la Fiscalía de Justicia”, confirmó Hipólito Sedano Ruiz, secretario del Ayuntamiento de Nogales.
Los oficiales se sorprendieron al descubrir tantos perros en su interior, además de cuerpos de perros muertos y vísceras congeladas en un refrigerador de la misma casa.
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La residencia, de apenas dos recámaras, de interés social, está localizada en el fraccionamiento Vistas del Sur, en la calle del mismo nombre.
Apestaba mucho a perro
De acuerdo con vecinos entrevistados por La Silla Rota, la vivienda era un completo desastre y apestaba mucho a perro y heces fecales. Por eso, varios habitantes de la zona habían acudido a estaciones de radio para quejarse del olor. Las denuncias fueron a dar a la Dirección de Salud Municipal pero no se logró nada.
Sin embargo, ante la insistencia de la comunidad, elementos de la Policía Municipal, de atención canina y elementos de la fiscalía, tocaron en el domicilio varias veces y al no obtener respuesta, entraron con una orden de cateo en mano, encontrando en el patio trasero a 53 perros de diferentes razas.
Ya dentro del domicilio, también se encontraron 5 perros en un refrigerador congelados y carne encima de una mesa con vísceras, al parecer también caninas.
Los vecinos aseguraron que el dueño de esa vivienda es Arturo Pérez Sánchez, quien fue miembro de la extinta Policía Federal Preventiva (PFP). El ex hombre, originario del Estado de México, escapó antes de que llegaran las autoridades policiacas.
Apenas se dio a conocer la noticia, en redes sociales la gente aconsejaba no comer carne en lugares cercanos a las colonias San Miguel, San Carlos, Haciendas, Colinas del Yaqui y Villa Sonora, pues la investigación apenas comenzó esta semana.
Lloraban de noche
“Los perros lloraban toda la noche, en la madrugada nos despertaba a los vecinos y por eso llamábamos a las radios, pero las autoridades no escuchaban”, comentó un vecino que pidió el anonimato.
A otros vecinos dijeron que el dueño de la casa les arrojaba heces fecales en los techos o en los patios de sus casas, o en los terrenos baldíos, comentó una mujer. “Si nos hubieran hecho caso desde el principio todos estos animales no hubieran sufrido tanto”, dijo a este reportero.
Otro problema, cuentan, es que amarraban perros en la acera y a veces molestaban a los vecinos que pasaban caminando.
Mientras tanto, las autoridades confirmaron que a través de la carpeta CI/NOG/238/02499/8-2025, se llevó a cabo la orden de cateo en la calle Vistas del Sur, donde participaron elementos de la Policía Estatal de Seguridad Púbica y Municipal Preventiva comisionado al departamento de Bienestar Animal.
“Los animalitos ya fueron entregados para el cuidado del área de Salud Municipal y los vamos a dar una vida digna”, comentó Hipólito Sedano Ruiz, secretario del Ayuntamiento.
Contexto: Este hecho es relevante porque evidencia un grave caso de crueldad animal y la omisión de autoridades locales que desoyeron denuncias ciudadanas durante meses. El hallazgo de un rastro clandestino de perros no solo representa un crimen contra los animales, sino un riesgo sanitario para la población al poner en duda el destino de la carne incautada. Además, el caso exhibe la urgencia de fortalecer las leyes contra el maltrato animal y de atender de manera inmediata las denuncias vecinales para evitar más escenarios de impunidad y sufrimiento.
