CRIMEN ORGANIZADO

Cártel de Sinaloa, detrás del asesinato de tres surfistas australianos en Baja California

Documentos judiciales exclusivos de La Silla Rota contradicen la versión oficial de un presunto robo al azar y revelan vínculos criminales de dos acusados en el caso

Créditos: EFE
Escrito en ESTADOS el

Ensenada, Baja California.- El 3 de mayo de 2024, dos surfistas australianos y un estadounidense fueron hallados asesinados en una zona remota de la costa de Ensenada, en el Océano Pacífico. Sus cuerpos estaban dentro de un pozo de unos 15 metros de profundidad.

Las víctimas, los australianos Jason y Callum Robinson, y el estadounidense Carter Rhoad, habían perdido contacto con sus familias desde el 27 de abril. Sus restos fueron localizados en un rancho al suroeste de Ensenada, a unas cuatro horas por carretera del centro de la ciudad.

La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que el asesinato, presuntamente cometido por Ángel Jesús, Irineo Francisco “El Yuni”, “El Junior” o “Tronco”, y Jesús Gerardo “El Kekas”, habría tenido como móvil un robo al azar. Sin embargo, documentos desclasificados del Poder Judicial de Baja California, obtenidos por La Silla Rota, señalan que Irineo Francisco y Jesús Gerardo, tendrían vínculos con bandas criminales bajo las órdenes del cártel de Sinaloa.

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En un documento fechado el 20 de febrero de 2025, en la página 6, se señala que los imputados afirmaron contar con un grupo delictivo vinculado al cártel de Sinaloa. Este documento forma parte de la resolución de un juez para que ambos permanezcan en un centro de máxima seguridad en El Hongo, municipio de Tecate, ubicado a unos 110 kilómetros por carretera del puerto de Ensenada.

La Dirección del Centro Penitenciario de Ensenada solicitó en 2024 su traslado, argumentando que la presencia de los imputados ponía en riesgo la seguridad y gobernabilidad de la prisión.

Por su parte, la Fiscalía General de Baja California informó a La Silla Rota que la supuesta relación de los acusados con el crimen organizado no será utilizada en su contra ante el tribunal, ya que dicha información no está incluida en la carpeta de investigación.

La FGE señaló que mantiene la hipótesis preliminar planteada el 5 de mayo de 2024 por la fiscal María Elena Andrade: según las investigaciones iniciales, las víctimas acamparon en la zona cuando los agresores pasaron en un vehículo, vieron el Ford Ranger Colorado de las víctimas y se acercaron con la intención de robarlo para quitarle las llantas.

“Se desconoce tal información, ya que en la carpeta de investigación no se cuenta con dichos datos”, señaló la Fiscalía.

“Al servicio del cártel de Sinaloa

Debido al riesgo de tener a dos presos ligados al cártel de Sinaloa en la prisión de Ensenada, el 1 de agosto del 2024, un Juez de Control ordenó la transferencia de Irineo Francisco y Jesús Gerardo “El Kekas”, al complejo penitenciario de máxima seguridad en Baja California, El Hongo.

Los defensores públicos de los acusados apelaron esta determinación administrativa el 15 de agosto del 2024, pero fue desechada, según se desprende de los documentos del Poder Judicial.

El juez defendió la resolución del traslado, al recordar que ambos hombres están acusados de homicidio calificado cometido con premeditación, alevosía, y ventaja; robo calificado con violencia y robo de vehículo de motor cometido con violencia.

“Al confrontar el análisis de riesgo, así como el informe de seguridad, con las capacidades estructurales y de seguridad del centro penitenciario de esta localidad se concluye (…) que se trata de personas que requieren medidas especiales de seguridad y su permanencia en el centro pone en riesgo la seguridad y la gobernabilidad del mismo”, subrayó la autoridad judicial.

Incluso se señala que Jesús Gerardo, “El Kekas”, es una persona de alta agresividad, indiferencia afectiva alta, egocentrismo alto y labilidad afectiva alta, es decir, de fuerte variabilidad emocional.

La Dirección del Centro penitenciario en Ensenada dejó en claro que “los imputados se han integrado a las actividades ilícitas en el interior del centro de reclusión”.

“Haciendo mención que ambos cuentan con un grupo delictivo al servicio del Cártel de Sinaloa”, señala el documento publicado por Transparencia del Poder Judicial.

El próximo 13 de noviembre, el Juez Óscar Mauricio Padilla Rubio escuchará de la Fiscalía y de los defensores privados y públicos de los imputados para ver si llegaron a un acuerdo para concluir el juicio de manera anticipada con reducción de sentencia, o si se inicia un juicio oral.

Para tener el beneficio de reducción de sentencia, los acusados tendrían que admitir su culpabilidad.

“Me chingué a tres gringos”: novia de "El Kekas"

Además de los hombres presuntamente involucrados, también fue aprehendida Ari Gisell, pareja del “Kekas”, acusada de instigar para que los tres hombres robaran las llantas del vehículo, lo cual está tipificado como delito en el Código Penal para Baja California.

El capítulo cuatro, del artículo 16 de Autorías y Participación en delitos señala como “instigadores” a quienes “determinen dolosamente a otro a cometer un delito”.

En su primera audiencia, el 8 de mayo del 2024, se le informó al “Kekas” que su novia confesó a las autoridades que éste le había dicho: “me chingué a tres gringos”.

¿Qué pasó con el australiano y el estadounidense asesinados en Ensenada?

Los tres turistas extranjeros fueron asesinados de un tiro en la cabeza, su auto fue quemado en un paraje de terracería y sus cuerpos fueron arrojados a un lugar donde ya había otro cuerpo, el de un trabajador del rancho.

Este cuarto cuerpo fue identificado como Alejandro Romero, quien según las autoridades, no contaba con ficha de búsqueda por desaparición, por lo que nadie está acusado de desaparición forzada.

Los hermanos australianos

Las autoridades desconocen si culparán de este cuarto homicidio a “El Kekas”.

Contexto: Esta noticia es importante porque revela que el asesinato de tres surfistas extranjeros en Ensenada, podría estar vinculado al cártel de Sinaloa, lo que contradice la versión oficial de un simple robo al azar y expone posibles omisiones o limitaciones en la investigación. Además, muestra la gravedad del caso, la peligrosidad de los acusados y cómo su presencia representa un riesgo para la seguridad penitenciaria, lo que refleja el alcance y la influencia del crimen organizado en la región.