BAJA CALIFORNIA. - Ari, la testigo principal de la fiscalía de en el asesinato de los tres turistas extranjeros en Ensenada, fue presentada en una audiencia en la que desesperada gritó que teme por su vida y de manera dramática pidió ayuda.
“Me va a matar”, dijo llorando a su hermana, la única persona que testificó en el juzgado federal para respaldar la versión de la joven acusada de posesión de metanfetamina con fines de venta.
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Ambas sostienen que la policía de Ensenada ingresó sin orden judicial a la vivienda de Ari, que la golpearon y cuando ya estaba detenida le informaron que estaba acusada de posesión de casi 100 gramos de la droga sintética “cristal”.
La versión de la policía de Ensenada, en cambio, dice que la detuvieron por tirar basura en la calle y porque al revisar lo que había arrojado descubrieron que era droga y el celular de uno de los tres surfistas extranjeros que en ese momento seguían sin ser localizados.
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De acuerdo con información que ha conocido La Silla Rota, los policías llegaron al domicilio rastreando el geolocalizador del teléfono y de la misma forma habrían dado con el paradero de Jesús Gerardo, (a) “El Kekas”.
Él fue vinculado a proceso por la desaparición de Jack Carter y los hermanos Robinson y Jake Callum, en una audiencia celebrada también en el puerto, pero horas antes que la de Ari y en un juzgado estatal.
En esa audiencia, el juez de control Óscar Padilla Rubio identificó a la joven como pareja de Jesús Gerardo y como víctima de violencia de género amenazada de muerte para no abandonarlo.
La Fiscalía General Estatal de Baja California (FGE), sostiene que Ari conoció del robo y asesinato de los tres surfistas porque “El Kekas” le habló de ello horas después de haberlo cometido, el domingo 28 de abril.
Jesús Gerarlo le dio el celular a Ari y ella lo entregó a la policía cuando los uniformados llegaron a su casa, aseguró su hermana a la prensa durante uno de los recesos en la audiencia federal de casi tres horas de duración.
“Aun así la golpearon”, dijo la testigo que también llevó un video donde se observa el movimiento policiaco en el domicilio de Ari, realizado sin orden judicial de por medio.
Sin embargo, el juez Daniel Galindo Tobie resolvió que las declaraciones de las hermanas ensenadenses y el video no eran suficientes para desestimar la versión de la detención realizada por la policía municipal y presentada por la Fiscalía General de la República (FGR).
El juzgador federal resolvió que debe permanecer en prisión preventiva dos meses, tiempo concedido a la FGR para terminar la investigación.
Fue cuando escuchó esa resolución que Ari, de 23 años de edad y madre de un niño de 4 años, se deshizo en lágrimas y pidió ayuda a gritos mientras era retirada de la sala de audiencia.
La fiscalía sostiene que hay un tercer detenido que tendría relación con el crimen contra los tres extranjeros y fue turnado a la FGR, pero fuentes de esa dependencia rechazaron esa versión.
Esa persona es Cristian Alejandro, hermano de Jesús Gerardo, y a casi tres semanas de su detención no ha sido presentado ante ningún tribunal, por lo que su situación jurídica es incierta.
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